Un agricultor francés sienta en el banquillo a la multinacional Monsanto

  • Un agricultor francés sentó hoy en el banquillo de los acusados en el Tribunal de Gran Instancia de Lyon (sur) a la multinacional Monsanto, a la que acusa de haber fabricado un herbicida que le provocó importantes problemas de salud.

París, 12 dic.- Un agricultor francés sentó hoy en el banquillo de los acusados en el Tribunal de Gran Instancia de Lyon (sur) a la multinacional Monsanto, a la que acusa de haber fabricado un herbicida que le provocó importantes problemas de salud.

Paul François, de 47 años, ha encabezado una batalla judicial desde que en abril de 2004 inhaló los gases procedentes de un producto fitosanitario de Monsanto, cuando limpiaba la cuba con la que había tratado su campo de maíz.

Los efectos le dejaron en coma y le provocaron una amnesia de la que todavía tiene secuelas, como intensas jaquecas, lo que le ha valido una invalidez parcial que le permite trabajar sólo a media jornada.

A partir de aquel momento, François comenzó su combate judicial, primero para que se reconociera que la enfermedad, que afecta a su sistema nervioso central, tenía un origen profesional, ligado a la manipulación del herbicida.

En enero del año pasado, el Tribunal de Apelación de Burdeos así lo constató, lo que abrió otro combate para el agricultor, que decidió denunciar a Monsanto.

"Ese herbicida acarreaba un potencial peligro y Monsanto lo sabía", asegura el agricultor al vespertino "Le Monde".

François considera que Monsanto no precisó la peligrosidad del producto, el Lasso, un fitosanitario prohibido en algunos países desde 1985 pero que en Francia sólo fue retirado del mercado en 2007.

Su abogado, François Lafforgue, especializado en casos de salud pública, considera que la multinacional no puede ampararse en el hecho de que la venta del producto estaba homologada por las autoridades.

"Cometieron un delito (...) El fabricante no señaló los importantes riesgos ligados a los componentes químicos del producto", señaló el letrado a "Le Monde".

El agricultor pretende que su caso se convierta en un ejemplo para que otros agricultores lleven ante la justicia a los fabricantes de herbicidas.

François cree que en la actualidad no lo hacen por ignorancia y por miedo a que se les acuse de contaminar sus campos con pesticidas.

"Les señalan con el dedo mientras que son las firmas agroquímicas las que siguen embolsándose los beneficios", afirma.

El agricultor cuenta con el apoyo de la organización Confederación Paisana, que organizó una concentración ante el Tribunal.

Está previsto que el juicio dure varias semanas, antes de que el tribunal dicte sentencia el próximo 13 de febrero.

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