Un antiguo empleado de Petrobras denuncia corruptelas en la estatal brasileña

  • Un exempleado de la estatal brasileña Petrobras ha denunciado una serie de corruptelas en la empresa que, según publica hoy la revista Época, favorecieron a partidos en el Gobierno.

Brasilia, 10 ago.- Un exempleado de la estatal brasileña Petrobras ha denunciado una serie de corruptelas en la empresa que, según publica hoy la revista Época, favorecieron a partidos en el Gobierno.

La fuente del semanario es el ingeniero Joao Augusto Rezende, un exdirector de Petrobras que dejó la empresa hace unos años y desde entonces se dedicó a intermediar negocios para la estatal.

Rezende dijo a Época que los empresarios que hacían negocios con la dirección internacional de la empresa debían pagar comisiones, que en su mayor parte acababan en las arcas del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

Esa formación de centroderecha es la más influyente del país, tiene las primeras minorías en la Cámara de Diputados y el Senado y constituye la columna vertebral de la coalición que respalda a la presidenta Dilma Rousseff.

No obstante, Rezende aseguró que parte del dinero de algunos de los negocios de Petrobras fue entregado directamente al Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenecen Rousseff y su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva.

Según Época, una de las operaciones que benefició al PMDB fue el contrato para la adquisición de un buque de exploración que costó 1.600 millones de dólares, de los cuales 10 millones de dólares fueron desviados hacia ese partido.

La revista dice que consultó sobre el caso a Petrobras, pero que la empresa respondió que "no comentaría el asunto".

También explicó que planteó las denuncias a representantes del área financiera del PT, que negaron esas supuestas irregularidades y aseguraron que las cuentas del partido se rigen por "una absoluta transparencia".

El semanario dice que el exdirector de Petrobras también citó la venta de una refinería en la provincia argentina de Santa Fe, que fue adquirida por el empresario Cristóbal López, dueño de una vasta red de casinos en ese país.

Época describe a López como "zar del juego" en Argentina, dice que es "amigo de la presidenta Cristina Fernández" y asegura que, según Rezende, la comisión en ese negocio fue de 10 millones de dólares, "de los cuales 5 millones fueron a parar en políticos del PMDB".

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