Un proyecto de gas invade terrenos de tribus aisladas en Perú, según una ONG

  • La expansión del proyecto de gas Camisea hacia tierras de tribus amazónicas aisladas en Perú amenaza su supervivencia y supone un desafío del Gobierno peruano a las directrices de las Naciones Unidas, afirmó hoy Survival.

Londres, 4 abr.- La expansión del proyecto de gas Camisea hacia tierras de tribus amazónicas aisladas en Perú amenaza su supervivencia y supone un desafío del Gobierno peruano a las directrices de las Naciones Unidas, afirmó hoy Survival.

Según esta organización defensora de las poblaciones indígenas, el Gobierno presidido por Ollanta Humala "desafía e ignora" las directrices de la ONU respecto a la protección de estas tribus al permitir la expansión del proyecto gasístico Camisea, el mayor del país, situado en la selva del sur peruano.

En su nota, Survival denuncia que las perforaciones para encontrar gas y petróleo en el pasado "dieron lugar a contactos violentos y desastrosos" con estas tribus aisladas y produjeron brotes víricos que mermaron su población.

La organización explica que, a pesar de que en su campaña electoral el presidente Humala prometió respetar los derechos de los indígenas, ha hecho "poco" hasta ahora para garantizar su supervivencia.

"Las directrices de las Naciones Unidas reconocen por fin los derechos de los indígenas aislados. Perú necesita leerlas y respetar a aquellos que desean que les dejen en paz antes de que tribus enteras desaparezcan para siempre", afirmó el director de Survival, Stephen Corry.

La exportación del gas natural peruano, que ya comenzó con envíos a México y España, es objeto de una fuerte oposición dentro del país.

Según datos del Ministerio de Energía y Minas, el área de la concesión de Camisea asciende a 142.000 hectáreas, de las que actualmente se trabaja en 80 hectáreas, por lo que el Gobierno peruano afirma que su impacto en la naturaleza es "mínimo".

El Ejecutivo presidido por Ollanta Humala divulgó el año pasado un informe que señala que Camisea tiene 11,2 billones de pies cúbicos (bpc) de reservas de gas probadas, cantidad que sería suficiente para la demanda local y la exportación.

El proyecto es responsabilidad de un consorcio liderado por la empresa argentina Pluspetrol y en el que también participan la estadounidense Hunt Oil y la española Repsol.

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