Un simulador único en España permite pilotar aviones y submarinos en Donostia

  • Un simulador único en España permite pilotar aviones y dirigir un submarino en el Museo de la Ciencia Eureka de San Sebastián, cuyos visitantes también tendrán la oportunidad de conducir un formula uno similar al de Fernando Alonso o viajar al pasado más remoto de la tierra, sin salir de una sala.

San Sebastián, 15 feb.- Un simulador único en España permite pilotar aviones y dirigir un submarino en el Museo de la Ciencia Eureka de San Sebastián, cuyos visitantes también tendrán la oportunidad de conducir un formula uno similar al de Fernando Alonso o viajar al pasado más remoto de la tierra, sin salir de una sala.

El director de Eureka, Ignacio Zuazuarregui, ha presentado hoy en una rueda de prensa estos nuevos simuladores que se unen a los otros dos con los que ya cuenta el museo donostiarra, uno de los cuales permite conducir un tranvía por una ciudad, mientras que el otro reproduce un viaje recreativo en la montaña rusa de un parque de atracciones.

El más espectacular de las tres nuevas máquina incorporadas ahora a Eureka es un simulador que cuenta con una cabina en la que caben dos personas, ancladas por unos arneses integrales a dos butacas ergonómicas, cuyos mandos permiten controlar desde un avión de combate de la Segunda Guerra Mundial, hasta un sumergible, pasando por un vuelo comercial u otro acrobático sobre la ciudad de Londres.

Según ha explicado Zuazuarregui, este aparato capaz de elevarse y realizar giros de 360 grados, es único en España ya que para poder disfrutar de otro similar sería necesario desplazarse a Londres, donde existe una máquina hermana.

Este simulador, denominado "Max Flight" que también puede emular las vertiginosas maniobras de una montaña rusa, comparte sala con otro no menos llamativo que reproduce la cabina de un fórmula uno que compite en el circuito alemán de Nurburgring, reproducido hasta el más mínimo detalle en las pantallas envolventes de las que dispone el aparato.

Aceleración, fuerza de gravedad, y desorientación en los numerosos trompos que, invariablemente, sufre el piloto inexperto son sensaciones garantizadas en este conseguido aparato, cuyo rojo colorido y diseño remiten visualmente a los bólidos de la escudería Ferrari.

El último de los tres nuevos simuladores de Eureka está dirigido a todos los públicos, incluidos los más pequeños de la casa, quienes tiene la posibilidad de acomodarse en la cabina de un aparato cuadrangular para desplazarse virtualmente hasta el pasado más remoto, cuando las erupciones volcánicas y las lluvias de meteoritos eran habituales en nuestro planeta o, por el contrario, viajar a la Luna en unos pocos minutos.

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