Uruguay liquida Pluna y apuesta por la llegada de una nueva aerolínea al país

  • El Gobierno de Uruguay liquidará al mejor postor los bienes de la aerolínea Pluna, que hoy se declaró en quiebra, e impulsará la llegada de una nueva compañía aérea de capital privado al país para que sea la nueva línea de bandera.

Álvaro Mellizo

Montevideo, 9 jul.- El Gobierno de Uruguay liquidará al mejor postor los bienes de la aerolínea Pluna, que hoy se declaró en quiebra, e impulsará la llegada de una nueva compañía aérea de capital privado al país para que sea la nueva línea de bandera.

Esta decisión, anunciada en una rueda de prensa por los ministros uruguayos de Transporte, Enrique Pintado, y Economía, Fernando Lorenzo, pone fin formalmente a 76 años de historia aerocomercial de la compañía y a casi veinte años de intentos infructuosos por parte del Estado para asociarse con privados y tratar de hacerla rentable.

El panorama aéreo de Uruguay quedará ahora a expensas de un plan presentado por ambos ministros con el que se espera devolver el dinero a los acreedores de Pluna con la venta de sus aeronaves y al mismo tiempo que el comprador se convierta, con apoyo del Estado pero sin que éste ponga dinero, en su sucesor.

Precisamente, encontrar un operador que restablezca las conexiones aéreas del país, prácticamente inexistentes desde que Pluna, que concentraba entre el 60 y el 80% de los vuelos desde y hacia Montevideo, anunciara la suspensión de sus actividades, es la principal preocupación del Gobierno junto con conseguir trabajo para los más de 700 empleados de Pluna que quedaron desempleados.

El plan del Gobierno, que debe ser aprobado por el Parlamento, busca "acelerar los tiempos" y permitir la ejecución del concurso de acreedores en un plazo máximo de 60 días.

De este modo, el Estado, como garante de la compra de siete aviones Bombardier CRJ que realizó la compañía, pondrá a subasta el lote completo de las aeronaves por unos 140 millones de dólares y lo recaudado será destinado a la cancelación de deudas.

Una vez que se conozca el comprador, el Gobierno negociará con él de forma directa la entrega de las rutas y frecuencias que operaba Pluna a cambio de incorporar a los trabajadores despedidos.

Si el nuevo comprador aceptara estas condiciones, se le ofrecería además garantías para su financiación a cambio también de que cubra algunos pasivos que Pluna dejó en empresas públicas del país, como la petrolera ANCAP.

Los ministros fueron categóricos al explicar la "dolorosa" decisión de ponerle fin a las actividades de Pluna como consecuencia de su "insolvencia", "insuficiencia patrimonial" y falta de "liquidez para poder seguir volando".

"No era la decisión que nos hubiera gustado, pero hay momentos que hay que hacer lo que hay que hacer sin medir costos personales, políticos o de otra magnitud", indicó el ministro Pintado.

La decisión de liquidar Pluna fue asumida por la oposición, que, como dijo a Efe el líder del Partido Colorado Pedro Bordaberry, consideró que "no había otro camino".

El pasado 15 de junio, el Gobierno uruguayo anunció un acuerdo para una "salida ordenada" con el Grupo argentino Leadgate, que tenía el 75 % por ciento de las acciones, mientras que el Estado poseía el 25 % restante.

Tras la intervención, el Gobierno se dio un plazo de un mes para recibir inversionistas interesados en adquirir la empresa, pero éstos nunca aparecieron, lo que detonó la decisión el pasado jueves de suspender sus actividades y proceder a su disolución.

La privatización de Pluna comenzó en el año 1995, cuando se asoció con la brasileña Varig, en una alianza que duró diez años y que culminó con enormes pérdidas para la empresa.

En 2007, el Gobierno del socialista Tabaré Vázquez vendió el 75 % de Pluna al grupo Leadgate y aportó 28 millones de dólares a la sociedad.

Desde entonces se realizó un plan para renovar y ampliar la compañía con la compra de nuevos aviones, concentrando su negocio en vuelos regionales.

Mientras la empresa anunciaba "los mejores resultados" de su historia a partir de 2009, tanto en ingresos como en número de viajeros, las deudas contraídas para adquirir los nuevos aviones y para pagar el combustible fueron muy superiores a lo que Pluna finalmente pudo cubrir.

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