Era un secreto a voces y, al fin, se ha confirmado. Vodafone acaba de anunciar que deja de regalar móviles a los nuevos clientes y que intentará cuidar al máximo a los que tiene en estos monentos. A éstos, promete tratarlos como a los nuevos y les mejorará las tarifas actuales.
Con este movimiento, la operadora sigue la estela de Telefónica, que en la reciente celebración del Mobile World Congress anunció su decisión de dejar de subvencionar las terminales.
La revolución del operador británico empezará a partir del 10 de abril, se aplicará durante todo el año y, más allá del fin de los móviles gratis, la apuesta de Vodafone se centra en mantener a su cartera actual de usuarios, a los que se dispensará un trato igual, como mínimo, al de los nuevos.
Según acaba de anunciar la compañía, se mejorarán las tarifas y se ofrecerá la posibilidad de renovar los terminales a los que ya tengan contratado su servicio con ella, independientemente de los puntos que se tenga.
La renovación será a coste cero de precio también, pero el cliente tendrá que adherirse a un programa por tallas. Para ello, todos los planes especiales de precios serán simplificados al máximo, de modo que incluirán SMS ilimitados. El coste de las llamadas será igual sin importar la hora del día y el operador al que se llame.
De la misma manera, se elevan el número de megabytes en las tarifas planas y se lanza una nueva XS8. Los números VIP se mantienen como hasta ahora, ya que se consideran una seña de identidad de Vodafone, ha explicado Francisco Román, máximo responsable de la firma en España.
¿Y qué pasa con los nuevos si no se subvencionan los aparatos? Vodafone explica que se financiarán o se les recomprará el terminal. Para los que no necesiten un nuevo móvil, se les planteará hasta una reducción del 15% en las tarifas si entran en el programa por tallas.
Cambio de modelo
El éxito de los operadores móviles virtuales, cuyo negocio se basa, en gran parte, en ofrecer los menores precios gracias a que no financian las terminales, está convenciendo a las grandes compañías de la necesidad de llevar a cabo un cambio de modelo, ya que en los últimos tiempos están sufriendo una fuga masiva hacia los OMV.
Sólo en 2011, Movistar y Vodafone perdieron 800.000 clientes, mientras que los operadores virtuales ganaron 1,2 millones
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