Wall Street sube el 0,58 % para firmar su octavo máximo histórico consecutivo

  • Wall Street afianzó hoy su racha alcista gracias a unos datos macroeconómicos mejores de lo previsto en EEUU y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, subió el 0,58 % para firmar su octavo máximo histórico consecutivo, mientras que el S&P 500 se quedó a dos puntos de su récord.

Nueva York, 14 mar.- Wall Street afianzó hoy su racha alcista gracias a unos datos macroeconómicos mejores de lo previsto en EEUU y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, subió el 0,58 % para firmar su octavo máximo histórico consecutivo, mientras que el S&P 500 se quedó a dos puntos de su récord.

El Dow Jones, que agrupa a treinta de las mayores empresas cotizadas de EEUU, intensificó su avance en la recta final de la sesión y sumó unos sólidos 83,86 puntos para quedar en las 14.539,14 unidades, con lo que cerró por encima de la barrera de las 14.500 por primera vez en su historia.

Ese índice acumula así los ocho mayores cierres desde su creación y se ha anotado una racha alcista de diez jornadas consecutivas, algo que no pasaba desde 1996.

Sin embargo, el protagonista de la jornada fue hoy el selectivo S&P 500, puesto que, tras subir el 0,56 % (8,71 puntos) y colocarse en las 1.563,23 unidades, se quedó rozando el récord histórico de 1.565,15 puntos al que cerró el 9 de octubre de 2007, antes del estallido de la crisis.

El índice compuesto del mercado Nasdaq también dio de qué hablar, puesto que quedó a niveles desconocidos en doce años tras subir el 0,43 % (13,81 puntos) y cerrar en las 3.258,93 unidades, aunque sigue lejos de los más de 5.000 puntos que superó durante la burbuja de las "puntocom".

Detrás de esta aparentemente imparable racha alcista de Wall Street se escondió una nueva tanda de datos macroeconómicos que señalan una recuperación sostenida de EEUU, particularmente el inesperado descenso en 10.000 que registraron las solicitudes de subsidio por desempleo la semana pasada.

Con ese retroceso, que pilló por sorpresa en un mercado que preveía un aumento de 10.000 peticiones, la cifra semanal de solicitudes se encuentra ya ligeramente por encima de su nivel más bajo en cinco años.

A ese dato se unió que el déficit por cuenta corriente de EEUU bajase en el cuarto trimestre un 1,8 % hasta situarse en los 110.400 millones de dólares, unas noticias que también impulsaron a las bolsas europeas, donde destacaron las subidas de Milán (2,45 %) y Madrid (1,88 %).

El ánimo comprador de Wall Street benefició principalmente al sector energético, que ganó el 2,51 % en su conjunto, y también fue un buen día para las tecnológicas, que avanzaron en total el 0,77 %.

"Aunque el mercado de valores parece haberse extendido en el corto plazo y estar listo para una pequeña corrección, el flujo de datos macroeconómicos positivos y la fortaleza del dólar están animando a los inversores a invertir su dinero en acciones", dijo hoy el jefe de estrategia de inversión de Davison Cos, Fred Dickson.

Más de dos tercios de los componentes del Dow Jones acabaron la jornada al alza, liderados por las tecnológicas Hewlett-Packard (2,86 %) e IBM (1,76 %), el banco JPMorgan Chase (1,67 %), la petrolera Chevron (1,39 %), la operadora Verizon (1,13 %) y el fabricante de refrescos Coca-Cola (1,11 %).

Entre los descensos de ese índice destacaron la cadena Home Depot (-0,73 %) y la farmacéutica Merck (-0,72 %).

Fuera de ese índice, en el mercado Nasdaq, sorprendieron los avances de eBay (1,61 %) y Apple (0,97 %) después de que diferentes analistas elevasen la recomendación que le merecen los títulos de ambas compañías.

Por lo contrario, bajaron con fuerza BlackBerry (-3,77 %) y Amazon (-3,4 %).

Las miradas están puestas ahora en la compañía surcoreana Samsung, que presentará hoy en un esperado evento en el Radio City Music Hall de Nueva York la última generación de su popular teléfono inteligente, el Galaxy S4, con el que busca competir con el iPhone 5 de Apple.

En otros mercados, el petróleo de Texas subió a 93,03 dólares por barril, el oro ascendió a 1.590,6 dólares la onza, el dólar perdía terreno frente al euro (que se cambiaba a 1,3000 dólares) y la rentabilidad de la deuda estadounidense a diez años progresaba al 2,03 %.

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