Los jesuitas alertan de que el control de fronteras debe respetar derechos

  • La Compañía de Jesús, que cumple 200 años de su restauración, afronta la crisis al servicio de las víctimas y defiende que los Gobiernos "deben ejercer el legítimo control de fronteras, pero con el escrupuloso respeto a los derechos humanos, que no siempre tienen".

Madrid, 12 feb.- La Compañía de Jesús, que cumple 200 años de su restauración, afronta la crisis al servicio de las víctimas y defiende que los Gobiernos "deben ejercer el legítimo control de fronteras, pero con el escrupuloso respeto a los derechos humanos, que no siempre tienen".

Con motivo de esta conmemoración, la Compañía de Jesús ha celebrado un encuentro informativo para analizar su historia y explicar su renovación en medio de la crisis y con "un papa jesuita llamado Francisco".

"Los jesuitas tienen que estar al servicio de las víctimas y una línea prioritaria de acción tiene que ver con el control fronterizo", ha asegurado Daniel Izuzquiza, director del Centro de Reflexión Alberto Hurtado, quien ha recordado el derecho de los estados a controlar las fronteras, pero también "el deber de ser escrupulosamente respetuoso con los derechos humanos, y eso no siempre está ocurriendo".

El Servicio Jesuita a Migrantes es una de las organizaciones que han presentado en la Fiscalía General del Estado "una denuncia penal contra los presuntos responsables" de lo ocurrido el pasado jueves, en relación con el intento de entrada de inmigrantes, en el que murieron al menos once personas.

"No se pueden poner puertas al mar", ha opinado Izuzquiza, quien ha destacado el "derecho de la gente a emigrar" y el "aporte que supone a la sociedad".

"Estamos viviendo una crisis prolongada, dura, extensa, intensa y estructural y nuestra apuesta en este contexto es reforzar la solidaridad" y defender a los más desfavorecidos, ha asegurado Izuzquiza, responsable de centros sociales.

Reconoce que en este contexto económico echa de menos "políticas más solidarias".

"La gestión que se está haciendo de la crisis, quizá dominada por el dogma de la austeridad, está teniendo unos impactos muy negativos", principalmente en la población más vulnerable.

Afirma que la Compañía "sigue estando en un proceso de renovación" y que el liderazgo del papa Francisco "lanza de una manera más explícita y animosa" a esta congregación para estar en "la periferia, al servicio de la sociedad".

El profesor de Historia de la Iglesia de la Universidad Pontificia de Comillas Alfredo Verdoy confiesa que sintió un "subidón de aprecio a la vida religiosa y a la vocación" con la elección del papa Francisco.

"La Compañía de Jesús no se siente agobiada, ni perseguida, ni despreciada por nadie, sino que la propia situación de zozobra que viven en el mundo repercute en todos los proyectos", opina Verdoy.

Respecto al papel de la Compañía de Jesús en la Conferencia Episcopal y de cara a la renovación de la presidencia en sustitución de Antonio María Rouco Varela, Verdoy ha recordado que la congregación no tiene derecho a voto, aunque asiste un representante a la reunión.

"Somos una parte de la iglesia viva, pero estamos en segundo lugar", ha dicho.

El bicentenario de la Restauración de la Compañía de Jesús (1814-2014) comenzó el pasado 1 de enero y la primera celebración fue que el papa Francisco presidiera en la Iglesia de Gesú de Roma la eucaristía de acción de gracias el 3 de enero por la canonización del jesuita Pedro Fabro.

La mayoría de las actividades programadas se centran en el estudio de esa etapa histórica a través de cursos y exposiciones en los 68 centros educativos de enseñanza media y en las universidades de la Compañía de Jesús.

Además, en 2015 se va a celebrar un congreso en Madrid, ya que la el bicentenario de la restauración de la compañía en España se cumple el próximo año.

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