El entrenador que estudió la ciencia del fútbol

  • Pablo Raya es entrenador de cantera en el Granada, donde aplica lo que aprendió en Inglaterra gracias a una beca de la Fundación Mutua Madrileña
Pablo Raya
Pablo Raya

Ciencias o letras. Deporte o libros. Pero, ¿por qué elegir? Que el fútbol también es una disciplina que se puede estudiar lo aprendió pronto Pablo en su viaje a Inglaterra, una experiencia que ha trasladado a su actual ocupación: entrenador en la cantera del Granada Club de Fútbol, donde además utiliza el análisis de vídeo como herramienta fundamental para facilitar el aprendizaje de los jugadores.

Pablo Raya Castellano se matriculó en INEF pensando en ganarse la vida como profesor o deportista de élite, pero su llegada a la isla le abrió los ojos. Embarcándose en una aventura como el Erasmus, este granadino escogió Liverpool como destino y fue en la Universidad Liverpool John Moores donde descubrió un nuevo concepto de las ciencias del deporte. “Allí todas las asignaturas estaban enfocadas al estudio científico (fisiología del fútbol, psicología del fútbol, análisis del rendimiento en fútbol, pedagogía del fútbol, etc.). El fútbol hoy en día, desde la universidad, se ha convertido en una disciplina científica”, explica.

En su nuevo hogar, Pablo se dio cuenta de que “el fútbol no es una ciencia, pero el conocimiento científico puede ayudar a mejorar el rendimiento en fútbol. Desde lo que es la fisiología del ejercicio, el análisis de rendimiento, el control motor o incluso la pedagogía”. Todo ese conocimiento se aplica a dentro del contexto de un club “a nivel de preparación física, análisis de juego o incluso sobre la dirección de equipos (las estrategias verbales del entrenador para facilitar la comprensión del juego y el aprendizaje de los jugadores)”, tal y como explica el entrenador del Granada.

Tras este primer contacto con la ciencia del fútbol, Pablo quiso repetir y aplicó para un máster de posgrado en la misma universidad de Liverpool, donde fue aceptado gracias a una beca para completar estudios de posgrado en el extranjero que concede la Fundación Mutua Madrileña para los hijos de mutualistas con mejor expediente académico.

Uno de los sueños del granadino se cumplió a su regreso, ya como licenciado a Reino Unido, donde consiguió ser preparador físico de las categorías inferiores del Everton Fútbol Club. Puesto al que llegó por su preparación: “Muchas veces se trata de estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado y ‘existir’ para la gente que decide sobre quién ocupará un puesto determinado. La formación en fútbol recibida por el profesor Luis Fradua en Granada, así como la relación con varios profesores en Liverpool, fue lo que me permitió acceder al club inglés”.

El aprendizaje sobre el fútbol a nivel científico lo obtuvo primero en la universidad, más tarde en el Everton y fue en el Aston Villa donde puso en práctica el conocimiento científico adquirido. En estas experiencias laborales diseñó tareas de entrenamiento que cumplieran el objetivo técnico-táctico pero replicaran demandas físicas de un partido; y permitió a jóvenes futbolistas ingleses analizarse mediante el vídeo para reforzar o corregir determinadas acciones individuales y colectivas en el juego.

Las tácticas se aprenden en el campo, pero también con el visionado de muchas jugadas y partidos: “Cogemos el partido entero, lo cortamos en eventos (goles, ocasiones, tiros a puerta…) y en cortes de filosofía de juego del equipo (acciones de salida de balón, reorganizaciones defensivas, contraataques, etc.) para ver qué está pasando en el juego y cómo mejorarlo mediante tareas de entrenamiento”. Así, lo aprendido en los vídeos se lo trasladaba a los jugadores de forma que pudieran analizar y cuestionar por sí mismos sus acciones.

“Con el objetivo de desarrollar talentos autóctonos en las canteras de los equipos e incrementar el número de futbolistas de élite ingleses”, en Inglaterra se ha apostado por la formación de talento con la iniciativa Elite Player Performance Plan, activa desde el año 2011. Este plan, lanzado por la Premier League, obliga a tener al menos seis entrenadores y dos analistas tácticos en la cantera a tiempo completo, con lo que “hay muchas más oportunidades para formar parte del staff de un club y esto está facilitando la evolución de jóvenes futbolistas”, aclara Pablo.

A pesar de los jugadores con talento que hay en nuestro país, no existe un plan como el inglés a nivel nacional. “Son muy poquitos los profesionales de los cuerpos técnicos de fútbol base que viven exclusivamente de ello”, se lamenta el entrenador.

Pese a las diferencias entre ambos países, y saber que aquí sería más difícil, Pablo decidió volver y, en la actualidad, aplica los conocimientos que adquirió en Inglaterra en Granada. Ahora es entrenador de cantera del equipo infantil de primer año, además de dar soporte al departamento metodológico como parte de su tesis doctoral. Una vida ocupada y llena de variables, como las que se encuentra a nivel del análisis del juego: “Hay tantas variables que influyen en el rendimiento de un equipo que es imposible convertir el fútbol en una ciencia, pero sí que es verdad que los avances de investigación (análisis, fisiología, aprendizaje, motor…) pueden integrarse y aplicarse dentro del contexto de un equipo de fútbol”.

Pablo está convencido de que el estudio del deporte y la aplicación de la ciencia al fútbol es una herramienta fundamental para mejorar el rendimiento de los clubes y mejorar las canteras. Un ejercicio para el que no hay sustitución por parte de la tecnología, porque el granadino confía absolutamente en el ojo humano, si bien los avances tecnológicos pueden dar soporte a lo que este no ve.

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