Elon Musk toma pista de Twitter. Primero se dijo que iba a tener un papel pasivo después de hacerse con el 9,2% de las acciones. Ahora, promete cambios. Y los respaldará desde el consejo de administración. El fundador de Tesla y hombre más rico del mundo tendrá un terreno más favorable que en otros gigantes tecnológicos, pues la compañía no tiene un inversor ancla relevante, ni tampoco cuenta con estructuras de 'doble voto' en las acciones de los cofundadores -entre ellos Jack Dorsey- y equipo directivo.
"Espero trabajar con Parag y el consejo de Twitter para realizar mejoras significativas en Twitter en los próximos meses", aseguraba el directivo estadounidense en un tuit como respuesta al que publicaba el consejero delegado, Parag Agrawal, desvelaba algo que se había mantenido 'en secreto' en estas últimas horas: en las últimas semanas habían mantenido contactos antes del aterrizaje accionarial en la compañía.
El mandato de Musk vence en la junta general de accionistas del próximo año 2024. Es decir, cuenta con dos años por delante en el que busca influir para llevar a cabo cambios en la red social. El primer movimiento lo ha tomado sin haber prácticamente tomado posesión de su sillón en el consejo: ha llevado a cabo una encuesta en la propia Twitter en la que preguntaba por un potencial botón para editar tuits después de haber sido publicados, una reivindicación que se ha repetido entre un grupo de usuarios. Lleva varios millones de votos, con un más de un 70% de personas a favor.
Musk viene con ganas de tomar medidas. La estructura accionarial de Twitter invita precisamente a esta inversión 'activista' del hombre más rico del mundo. Los tres primeros socios son tres gestoras internacionales que se reparten algo más del 20% del total: Vanguard, Blackrock y Morgan Stanley. El que fuera consejero delegado y cofundador, Jack Dorsey, tiene apenas el 2,25% de los títulos. Y estos, a diferencia de lo que sucede en el caso de Google o de Facebook, no tienen capacidad de voto múltiple lo que permite mantener un cierto control sobre las decisiones.
Por tanto, con ese 9,2% que acaba de adquirir tras invertir 2.900 millones de euros tendrá un poder de influencia muy importante. Hay que tener recordar lo que sucedió en los dos últimos años con Elliott Management, el gran fondo activista estadounidense. Aterrizó en el año 2020 y después subió su posición en 2021 poniendo sobre la mesa algo más de 1.200 millones de dólares. Esto le permitió presionar para sacar a Dorsey del puesto de consejero delegado. En un primer momento lo mantuvieron en el puesto pero finalmente acabó por dimitir en noviembre pasado. Su objetivo es dejar también el consejo cuando cumpla su mandato este año.
Lo que sí que parece claro es que no se podrá superar por parte de Musk el 15% de los títulos en compras futuras. Según queda reflejado en el documento presentado ante la SEC estadounidense este martes, el fundador de Tesla no podrá alcanzar ese posición ya sea de manera independiente o con ayuda de otros. Convivirá el propio Dorsey, el consejero delegado, y otros conocidos como el consejero delegado del gigante de la inversión Silver Lake, Egon Durban. Musk ya trabajó con esta última firma y con Goldman Sachs para sacar de bolsa a Tesla en el verano de 2018.
En los últimos meses, el ejecutivo ha mantenido una posición muy crítica con respecto a Twitter. Precisamente el mes pasado encuestó a los usuarios sobre si realmente la red social respeta el principio de libertad de expresión. Posteriormente, confirmó que estaba pensando construir su propia plataforma. Pese a ello, Dorsey lo señaló hace tres años en una entrevista con la columnista del New York Times, Kara Swisher, en el pasado como uno de los 'influyentes' que más sigue en la red social. "El está enfocado en resolver problemas existenciales y comparte su pensamiento de manera abierta. Respeto esto mucho y todas las subidas y bajas que vienen con esto", apuntó.
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