Despliegue tecnológico y humano de Endesa en Cataluña para prevenir incendios. La eléctrica vuelve un año más con su campaña anual de protección de bosques, esta vez marcada por la grave sequía que azota a la comunidad, con una inversión de 20 millones de euros que incluye la utilización de helicópteros y drones y tareas de tala y poda.
Endesa dispone de casi 100.000 kilómetros (99.734 para ser concretos) de líneas eléctricas en Cataluña y la mitad son aéreas, por lo que están sujetas de alguna manera a zonas boscosas o con vegetación. La especial orografía de los bosques, como elemento vivo, que crece y cambia constantemente, es lo que motiva que la compañía realice dicha inversión singular para proteger los espacios forestales catalanes.
Dentro de los programas de mantenimiento de los tendidos eléctricos, destacan las inspecciones con helicóptero, donde la eléctrica ha colocado cámaras termográficas y graba vídeos para después inspeccionarlos en detalle. Endesa sobrevuela y revisa en Cataluña -mínimo una vez al año- los casi 53.000 kilómetros tendidos eléctricos aéreos de alta, media y baja tensión, así como otras infraestructuras de relevancia, como por ejemplo las subestaciones. La Información, acompañada de otros medios de comunicación, ha podido comprobar de primera mano cómo se realizan estas inspecciones en el entorno natural del municipio de Terrassa.
Desde la compañía explican que las inspecciones termográficas y visuales tienen un procesamiento de la información cada vez más semiautomático ('machine learning') o automático ('deep learning'). Y es que una vez recibe las fotografías y termogramas obtenidos en las inspecciones con helicóptero se etiquetan manualmente todos los datos, que pasan a formar parte de una gran base de datos que permite ver cuáles son los problemas más habituales o cuáles son los elementos más 'sanos'. En revisiones posteriores, y ya de manera semiautomática, puede contrastar las fotografías obtenidas con la base de datos y detectar si se repiten defectos mediante una aplicación informática.
El paso más allá, tanto en cuanto a la termografía como la inspección visual, es lo que se conoce como 'deep learning', una disciplina en la cual es una aplicación informática la que revisa las fotografías, los vídeos y los fotogramas, de forma que el sistema por sí solo aprende a reconocer cada elemento y su estado. Por su parte, la termografía consiste en sobrevolar los tendidos eléctricos y captar imágenes a través de una cámara de rayos infrarrojos, que graba el cable y detecta si hay o no algún punto caliente (con una temperatura superior a la del mismo cable, es decir, con riesgo de sobrecalentarse), imposible de ver a simple vista. En caso de detectar alguna anomalía, como las coordenadas del 'punto caliente' quedan registradas, automáticamente la empresa activa el mecanismo para arreglarlo de manera rápida. Este mantenimiento predictivo y preventivo de las instalaciones de la compañía permite evitar posibles incidencias y futuras averías.
Las revisiones termográficas no solo se hacen con helicóptero, sino que también se complementan con revisiones oculares aéreas a pie de línea. Además, durante todo este año, tanto a pie como con un vehículo todoterreno -equipado con una cámara especial- se recorrerán las líneas inspeccionando termográfico los puntos con más riesgo, como los cruces con autopistas, carreteras y ferrocarriles.
La compañía utiliza, además, y desde la campaña de 2012, drones para comprobar el estado de la red eléctrica. Estos vehículos aéreos no tripulados están equipados con cámaras de alta resolución estabilizadas que permiten captar imágenes de las líneas, especialmente en puntos de difícil acceso, y sin tener que interrumpir el servicio a los clientes. El dron con tecnología LiDAR se suma a los ya habituales: los de óptica convencional y los que realizan también termografías.
La compañía pretende así agilizar las inspecciones visuales en detalle de los elementos del cableado aéreo, puesto que no se tiene que programar un corte en el suministro para que los técnicos suban a los apoyos y examinen la infraestructura, cosa que mejora la calidad y la continuidad del servicio, a la vez que aporta más seguridad. Endesa empezó a utilizar los drones para verificar la anchura de los corredores y veredas de seguridad que se encuentran debajo y en los lados de la línea y que actúan como cortafuegos, de forma que sirven también para auditar la tala y poda, y podrían hacer reconocimientos aéreos del terreno en caso de situaciones de emergencia.
Pese a la espectacularidad que pueda proporcionar el helicóptero o los drones, una de las tareas más esenciales es la tala y la poda selectiva de la masa forestal –árboles, sotobosque y arbustos– que crece alrededor de los tendidos eléctricos, respetando el espacio estipulado por la administración entre el bosque y los cables más próximos. Son trabajos tanto en horizontal como en vertical. Las tareas se realizan siguiendo los criterios de colaboración con agentes del territorio, como el cuerpo de bomberos, los agentes rurales, Parques Naturales de Cataluña o las administraciones.
La campaña de prevención, que es diaria y dura hasta septiembre, tiene de esta manera tres ejes: la tala y poda de los bosques, las revisiones de temperatura de los helicópteros y las inspecciones con ayuda de los drones. "Este año es un año especialmente importante por la sequía que arrastramos desde estos últimos tres años, hace que la situación en el bosque sea especialmente preocupante", señala el jefe de mantenimiento de líneas de alta tensión y subestaciones de Cataluña de Endesa, Francesc López.
