El gigante filantrópico que deja de legado Paul Allen, el cofudandor de Microsoft

  • El compañero de Gates fundó en 1986 un conglomerado que abarca inversiones, actividades tecnológicas, artísticas o de entretenimiento. 
Paul Allen
Paul Allen

Paul Allen (1953-2018), que falleció este lunes a causa de un cáncer en los linfocitos de la sangre, deja tras su muerte una fortuna valorada en 20.300 millones de dólares, según Forbes, y en todas las cronológicas se destaca que era el 44 hombre más rico del mundo gracias a haber fundado Microsoft con Bill Gates. Sin embargo, su legado perdurará también a través de la que fue su principal actividad empresarial en las últimas décadas: Vulcan Inc, un conglomerado que creó en 1986 junto a su hermana. 

Tras alcanzar el éxito con el gigante informático, Paul Allen quiso apostar por una empresa propia, con un claro enfoque filantrópico. Como recogen en su página web, el objetivo es  “encontrar soluciones inteligentes para algunos de los desafíos más grandes del mundo”. Vulcan Inc engloba actividades de inversión, tecnológicas, de entretenimiento o artísticas, entre otros muchos intereses, y son tantas las ramificaciones en forma de sociedades que se hace prácticamente imposible calcular su verdadero valor total (excepción hecha del cálculo de Forbes sobre la fortuna personal). 

Por ejemplo, Vulcan Real State, una de las divisiones que abarca Vulcan Inc, incluye la inversión en edificios residenciales, comerciales o industriales ubicados en Seattle (Washington, EEUU) para crear nuevos espacios para habitar, oficinas, comercio minorista y biotecnología. Como muestra de su actividad, en 2012 vendió un complejo de oficinas de 170.000 metros cuadrados a Amazon por 1.160 millones de dólares (más de 1.000 millones de euros), una inversión que 'The Wall Street Journal' calificó como “inesperadamente lucrativa”.

La rama de inversión financiera también está incluida en el conglomerado a través de Vulcan Capital, una compañía que invierte en empresas públicas y privadas siempre acorde con la visión filantrópica de la empresa matriz

El cariz filantrópico siempre está presente, como demuestran dos de las campañas más recientes, en las que el conglomerado destinó más de 7 millones de euros a la organización Elefantes sin fronteras, en Botusuana, para la preservación de este animal, o los 2 millones que también reservó para luchar contra la extensión del virus Zika hace un par de años.

Otro de los aspectos más reconocidos de Paul Allen es su apuesta por la investigación. A partir de dos centros de desarrollo, el Instituto Allen para Ciencias del Cerebro y el Instituto de Inteligencia Artificial, Allen ha liderado diferentes estudios científicos.

Además de la solidaridad, Paul Allen también es dueño, a través de su conglomerado, de un equipo de la NBA y otro de la NFL. Más allá de por su afición a los deportes, estas compras resultaron grandes inversiones teniendo en cuenta el valor actual de estos equipos. En 1988 compró el equipo de baloncesto Portland Trail Blazers por 70 millones de dólares (más de 60 millones de euros), una cifra que se ha revaluado 18 veces, según calcula Forbes. Y en 1997 se hizo con el equipo de la NFL Seattle Seahawks, que en la actualidad está valorado en 2.580 millones de dólares (más de 2.200 millones de euros).

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