Lo que no sabías de Jeff Bezos: él es el genio, pero su hermano es su héroe

  • Mark Bezos es el paradigma de la solidaridad: lo dejó todo para erradicar el hambre en Nueva York y en sus ratos libres es bombero voluntario. 
Jeff Bezos
Jeff Bezos
EFE

Jeff Bezos no olvidará nunca uno de los consejos de su abuelo Lawrence, una de las personas más influyentes de su vida: "Es más difícil ser amable que ser inteligente". Se lo dijo al hombre que quiere cambiar el mundo con Amazon, y que ya es el más rico de la Tierra. A ese niño que se pasaba las horas calculando probabilidades absurdas (cuánto oxígeno puede consumir una persona, el gasto mensual de comida de cada miembro de la familia...). En la mente de Bezos siempre ha estado el día a día de la gente: qué necesita, cómo puedo hacerle la vida más fácil. A veces con poco tacto. A su abuela, que fumaba, le calculó los años de vida que iba a perder por culpa del tabaco. Cuando la vio llorar no entendió nada. Nadie le había dicho que tenía cáncer... por culpa del tabaco. 

Anécdotas como esta y otras igual de clarificadoras se pueden encontrar en los libros de José Luis de Haro, 'Amazon, un nuevo modelo de negocio a golpe de clic' (Pen­guin Random House, 2014) y en 'The everything store', escrito por Brad Stone. Ayudan a entender un poco más cómo funciona la cabeza de Bezos.

Si algo está demostrado es que él es el genio de la familia, pero el héroe, y el suyo propio, es su hermano pequeño, Mark Bezos, que abandonó la universidad para trabajar en Robin Hood, donde intenta acabar con el hambre en Nueva York. En su tiempo libre ha sido bombero voluntario. Su lema es "si puedes hacer algo por alguien, házlo ahora". Teniendo en cuenta que el FT definió Amazon como la Esparta del trabajo, los hermanos son muy diferentes. De ahí la admiración mutua, tanta que la entrevista más personal al más rico del mundo se la hizo... su hermano, no un periodista, y eso que Bezos es un enamorado de la profesión tras pasar horas viendo a su abuelo enganchado al Watergate. Como homenaje (o no), Bezos ha acabado comprando The Washington Post. ¿Casualidad? No parece.

Un innovador desde los cuatro años

El otro acicate de Bezos es su mujer, la escritora MacKenzie Bezos (¿por eso empezó con los libros?), que también tiene su carácter, “Prefiero tener un hijo con nueve dedos que uno sin recursos”, dice para justificar para que los niños sepan hacer de todo sin miedo. De casta le viene al galgo. Molesto por dormir en la cuna, a los cuatro años se armó con un destornillador y la desmontó como manifestación de protesta, según desvela Francés Peirón en La Vanguardia.

Historia tiene también su apellido: Bezos. Con ese apellido tan español, Bezos, muchos piensan que es otro norteamericano de orígenes españoles que ha triunfado en EEUU. De hecho, hace unos años, Bezos estuvo en España en un pueblo llamado Villafrechós, de donde partieron unos Bezos hacia Cuba hace mucho tiempo. Allí, se encontraron, según informaba El Norte de Castilla, con Félix, Fidencio, Gregoria, Jesús… Todos apellidados Bezos... que no sabían quién era ese hombre rodeado de gente y con aspecto de ser importante. Lo cierto es que su verdadero padre es de origen nórdico y se llama Ted Jorgensen.

Como señala Carlos Salas en su blog Zoomboomcrash  cerca de los ascensores de la compañía en Seattle puede leerse una frase del propio Bezos que dice mucho de su personalidad: “Queda mucho por inventar. Van a suceder muchas cosas. La gente no tiene ni idea cuál va a ser el impacto de internet, y todavía estamos en el Día 1 de esa gran carrera”. Para él la vida es eso, una carrera contra lo establecido. Como si el lema de Kennedy de “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti; pregunta lo que tú puedes hacer por tu país.”, lo llevara inscrito en su ADN.

Ted Jorgensen tenía 18 años cuando conoció a Jacklyn Gise, de 17, la madre de Jeff. Eran unos críos cuando se quedó embarazada. Antes de que el niño Jeffrey naciera, los dos se casaron. El matrimonio duró 17 meses porque Ted bebía mucho y era un bala perdida. Jacklyn se fue a vivir a casa de su padres con su pequeño Jeff. Ted acordó pasarle una pensión alimenticia para el niño, pero fiel a su carácter muy pronto dejó de pagarla.

Tres años después, Jacklyn conoció a un apuesto emigrante cubano llamado Miguel Bezos y se casó con él. Y ahí empezó otra vida. Miguel adoptó al pequeño Jeff y le dio su apellido, cosa a la que accedió su padre biológico sin problemas.

El niño siguió los pasos de su padre adoptivo, ingeniero en Exxon. Tras estudiar en la Universidad de Princeton Ingeniería de Software (B. S. E.), comenzó su carrera en Wall Street en el campo de Ciencia Computacional. Pero ese no era su camino. Siguió su lema: ¿Cómo te ves con 80 años? ¿Es esta la vida que quiero, estaré orgulloso de ella en el futuro? "Si la respuesta es no, cambia. Arrepentirte después será peor que fracasar". Eso otra cualidad del ADN de Bezos. No teme al fracaso sino a no intentarlo. "No hay nada más triste que amar a alguien y no decírselo", ha confesado más de una vez para explicarlo (aunque en su caso fue su mujer quien dio el primer paso). Tampoco aguanta la incompetencia. Sus correos bomba son famosos en Amazon. 

No solo su padre adoptivo sino su infancia marcó al hombre capaz de destronar a Bill Gates en la lista de los más ricos. Si uno vive desde los 4 a los 16 en una granja aislada de EEUU aprende a magnificar sus recursos y resolver problemas por sí mismo. El niño obsesionado con el espacio, los cohetes espaciales y Star Trek no ha pisado la Luna, todavía, pero ha llegado muy alto. Y quiere más.

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