Abanca gana músculo: compra el negocio minorista de Deutsche Bank en Portugal

  • El banco ha cumplido con su deseo de invertir sus 1.800 millones excedentarios de capital para ganar dimensión a través de adquisiciones o fusiones.
Abanca ofrecerá tarjetas de crédito de forma inmediata en sus oficinas
Abanca ofrecerá tarjetas de crédito de forma inmediata en sus oficinas

Abanca ha adquirido la unidad de banca de particulares de Deutsche Bank Private & Commercial Client (PCC) en Portugal, especializado en el segmento de banca personal y privada. La operación, de la que no se ha dado a conocer el importe, se culminará en el primer semestre de 2019, tras recibir las autorizaciones necesarias y concluir la integración tecnológica de ambas entidades.

El negocio comprado por Abanca consiste en 41 oficinas comerciales distribuidas por el país luso, principalmente en Lisboa y Oporto, de las que cuatro son centros de inversión y dos oficinas de banca privada.

Abanca, que ha resultado ganadora en el proceso formal de venta de la entidad en Portugal, reforzará así su presencia en el país luso, en el que cuenta actualmente con cuatro oficinas.

La filial portuguesa de Deutsche Bank dispone de una cartera crediticia bruta de 2.400 millones de euros, 1.000 millones de euros en depósitos y 3.100 millones de euros fuera de balance, con lo que su volumen de negocio asciende a 6.500 millones de euros, según ha informado Abanca a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Deutsche Bank PCC comenzó su andadura en el mercado portugués en 1978 como banco de particulares, enfocado a clientes de banca privada con poder adquisitivo medio-alto.

La operación no pilla por sorpresa a nadie. Abanca, en su presentación de resultados, señalaba que estaba decidida a invertir sus 1.800 millones de euros excedentarios de capital en ganar dimensión protagonizando operaciones de compra o fusión. El banco se apoya en la calidad de balance para pugnar por compras: el capital principal CET1 ascendió al 14,6% el pasado ejercicio y el BCE le ha rebajado el requisito para este año por el menor riesgo de su modelo de negocio; el ratio de morosidad lo ha bajado al 4,7% después de deshacerse, entre otros, de 1.900 millones de activos tóxicos con cuatro ventas de carteras. Hoy su lastre inmobiliario es apenas un 1% del balance y alcanza el 2,2% cuando se contabilizan además los activos dudosos.

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