Otro rescate al Hipódromo de la Zarzuela: el Estado ultima una inyección de fondos

  • Está controlada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y Loterías. En 2015, ya tuvieron que inyectar 10 millones de euros.
Imagen del Hipódromo de la Zarzuela.
Imagen del Hipódromo de la Zarzuela.
Efe

El Hipódromo de la Zarzuela puede presumir de duplicar sus ingresos en el último ejercicio. En 2016, facturó más de 7,6 millones de euros. Una cifra que, sin embargo, no es suficiente para hacer frente a sus números rojos. Al contrario, estos se dispararon. Sus pérdidas crecieron un 40% en el último año y superaron los 8 millones. Un desequilibrio que obligará a su dueño, el Estado, a volver a salir a su rescate. Desde 2011, la sociedad que gestiona el Hipódromo arrastra un resultado negativo de más de 26,7 millones de euros.

El 95,78% del accionariado del Hipódromo de la Zarzuela está en manos de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). El otro 4,22% también es público, pero bajo el paraguas de la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado (Selae). Ambas van a tener que rascarse el bolsillo porque la compañía que gestiona la instalación de carreras de caballos ha convocado para el próximo 28 de diciembre una junta de accionistas extraordinaria en la que aprobar las "aportaciones de los accionistas para el reequilibrio patrimonial de la Sociedad".

La inyección de fondos exacta, por el momento, se desconoce y la SEPI asegura que se concretará el mismo día de la junta. Sin embargo, el desequilibrio patrimonial del hipódromo sí es público. Al cierre del año, contaba con un fondo de maniobra negativo por importe de 31,2 millones de euros (23,8 millones, a 31 de diciembre del año anterior). Este concepto indica la capacidad de la compañía para hacer frente a las obligaciones de pago con todos los mecanismos que tiene a su alcance, como la tesorería, existencias o las deudas que tiene que cobrar.

Sin embargo, sus administradores no ponían en duda, a cierre de 2016, la continuidad de la empresa porque ésta dispondrá de "suficientes recursos financieros para permitir el desarrollo normal de la actividad", según explica en su informe anual. En cambio, su auditor sí manifestó sus dudas.

Dudas del auditor

La firma que revisa sus cuentas, Grant Thornton, realizó un párrafo de énfasis en su informe de auditoría en el que señala que la compañía ha "incurrido en pérdidas significativas" en el ejercicio 2016 y en los anteriores. "Pérdidas que también se prevén en el próximo ejercicio", añade. "En esta situación, la viabilidad financiera y patrimonial de la sociedad en el corto plazo dependerá de la efectividad del apoyo de sus accionistas", argumenta.

Imagen del Hipódromo de la Zarzuela.
Imagen del Hipódromo de la Zarzuela. / Efe

Otra pista de a cuánto puede ascender la ampliación es lo sucedido en el pasado. En 2014, el Hipódromo perdió 2,8 millones de euros y sus accionistas, un año después (en noviembre de 2015), realizaron una inyección de fondos de 10 millones de euros. De ellos, prácticamente la totalidad (9,5 millones) correspondieron a la SEPI. En 2016, también se reequilibraron las cuentas, pero de otro modo, porque realizó una reducción de capital de 3,7 millones de euros.

En cuanto a por qué despegaron sus números rojos en 2016, la partida que más creció en su balance fue la de gastos de gestión, que casi se triplicó, hasta 6,13 millones de euros. Ahí, básicamente, se incluyen los premios de las carreras y las apuestas sobre estas dentro del recinto. Los primeros pasaron de 1,3 a 3,5 millones de euros; las apuestas, de 0,9 a 2,6 millones.

No es la primera vez que el Hipódromo tiene problemas financieros. Estuvo nueve años cerrado, hasta que volvió a abrir sus puertas en 2005. Vivió su auge y caída de la mano de dos expresidentes del Real Madrid, Ramón Mendoza y Lorenzo Sanz; pero, en 1992, la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar de España (como se llamaba entonces la empresa que lo gestionaba) entró en quiebra. Patrimonio Nacional aprobó el traspaso a la empresa Hipódromo de Madrid, propiedad de Enrique Sarasola que, en 1997, se declaró en suspensión de pagos.

Los caballos volvieron en 2005 y hoy, bajo el paraguas de la SEPI, la sociedad presidida por Faina Zurita de Ussía, trata de volver a encajar sus finanzas. Para operar dispone, según explica en sus cuentas, de un crédito de la propia SEPI por valor de más de 32 millones de euros. Además, el Hipódromo tiene una factura pendiente de pago por Patrimonio Nacional. En los últimos años, ha realizado obras de rehabilitación, sobre todo en las tribunas, por importe superior a los 33 millones de euros, de los que Patrimonio, a cierre de año, había abonado 23,4 millones. El resto, los 9,8 millones pendientes, corresponden a un crédito que el Hipódromo irá recuperando a lo largo de 17 años.

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