Europa pide calma

Ribera muestra su decepción por la fría acogida de Bruselas a su plan de choque

La ministra para la Transición Ecológica ha trasladado a su entorno parlamentario su malestar ante la falta de complicidad de las autoridades energéticas comunitarias a su reforma eléctrica.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez (c) y la ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera (i), con el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera y el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans
Europa Press

A la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, no le ha sentado bien la reacción de Bruselas a su plan de choque para atajar la crisis de la luz. Horas después de que el Gobierno, empujado por el descontrol del precio de la luz, presentase una reforma sin precedentes en la historia del mercado eléctrico español, la vicepresidenta cuarta del Ejecutivo manifestó su decepción tras las bambalinas del Congreso de los Diputados, por la fría acogida de Bruselas a esta batería de medidas, según han deslizado a La Información fuentes del entorno parlamentario de la ministra socialista.

Lo que ha provocado el lamento de Ribera es, sobre todo, el débil respaldo que las autoridades comunitarias han mostrado ante algunas de las medidas más ambiciosas incluidas en la nueva reforma energética. El Consejo de Ministros dio luz verde al citado plan de choque el martes. El miércoles, cuando el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el paquete de medidas de urgencia recogido en el Real Decreto-ley 17/2021, la queja de la ministra energética ya había calado, no solo en su equipo más cercano, sino a lo largo de todo el arco de su grupo parlamentario.

A principios de esta semana, recién detonada la rebelión desde el frente empresarial, Ribera se puso en contacto con el vicepresidente de la Comisión Europea (CE) para el cambio climático, Frans Timmermans. Con este acercamiento, la ministra buscaba confirmar el respaldo del área energética del Ejecutivo comunitario al paquete especial de medidas de urgencia recién aprobado. Pero el 'decreto Ribera' no suscitó el entusiasmo esperado en el mandatario comunitario. 

En el marco de dicha conversación, el vicepresidente de la Comisión habría trasladado a la ministra su inclinación a que el departamento actuara con más calma. Ribera se interesó por el plan de actuaciones de la Unión Europea para afrontar la escalada en el mercado eléctrico, que desde hace meses afecta a todo el territorio comunitario. Pero los tiempos que manejan en Bruselas no casan con la urgencia del plan de choque español y esto, según las fuentes consultadas, ha impacientado a la vicepresidenta cuarta.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desgranó ante la opinión pública las medidas más destacadas de esta hoja de ruta en la noche del pasado lunes, horas antes de su aprobación oficial. Desde el momento en que el jefe del Ejecutivo lanzó la bomba, buena parte de los lobbies vinculados al sector energético nacional, desde las eléctricas hasta las renovables, se han ido  sublevando contra esta reforma a la que, por su envergadura, la industria ya califica como "histórica".

El de esta semana ha sido el segundo contacto que han mantenido en lo que va de verano Ribera y Timmermans con motivo de la escalada de la luz, un escenario que no revertirá, al menos, hasta 2022. El primero se produjo hace meses, a través de una misiva que la ministra envió al vicepresidente de la Comisión Europea en la que le instaba a redefinir el mercado eléctrico a través de una reforma sustancial y con efecto sobre toda Europa. Pero desde Bruselas se han mostrado tajantes. "El mercado energético no se puede cambiar de la noche a la mañana", trasladó el jueves el propio Timmermans.

Desde la Comisión Europea han aclarado a Ribera que los tiempos que manejan en Bruselas no casan con la urgencia del plan de choque español

Entre tanto, el Ministerio para la Transición Ecológica se ha topado con la oposición de un sector con el que, hasta el momento, había mantenido una relación de completa sintonía. Entre las medidas aprobadas se incluye un coto al impacto de la subida del precio del gas que, a priori, afecta de lleno a los contratos bilaterales de compraventa de energía a largo plazo, conocidos como PPA (Power Purchase Agreement), que tienen un peso clave en el negocio de los operadores de energías limpias.

La percepción por parte de las empresas verdes del impacto multimillonario  que este ajuste normativo, dirigido a topar los importes que las compañías pueden cobrar en el pool, supondrá para su actividad, llevó a los representantes de la patronal fotovoltaica Unef a pedir una reunión de urgencia con la ministra. El encuentro tuvo lugar este mismo jueves, cuando el ministerio respondió a los peores temores del frente verde. La cartera ha matizado que la detracción de los ingresos extra derivados de la incorporación a los precios de la electricidad de la escalada del gas natural, no afectará a los PPA

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