Once años después de su fundación. Twitter logra, por primera vez en su historia, unos beneficios trimestrales. El cuarto trimestre del pasado año lo cerró con unas ganancias netas de 91 millones de dólares. Y lo hace con unos ingresos estancados: un 2% de incremento respecto al año anterior. Las acciones de la red social se han disparado antes de la apertura oficial de Wall Street hasta un 25%.
La falta de rentabilidad era una de las grandes losas con las que ha caminado la compañía durante los últimos años. Y un factor clave han sido las retribuciones en base a acciones que ha otorgado a buena parte de sus empleados que, de manera sistemática, teñían de rojo los resultados trimestre tras trimestre.
Tras los ajustes en gastos y los diferentes paquetes de despidos que ha llevado a cabo en los dos últimos ejercicios, la tecnológica ha cerrado el último trimestre del año con beneficios. En total 91 millones de dólares frente a los 167 millones de pérdidas de un año antes. Pese a todo, en el conjunto del ejercicio, la cuenta de resultados sigue en rojo, aunque mucho menos intenso: 108 millones de dólares, un 76% menos.
Una de las claves hay que encontrarla en los gastos. Según explica la compañía, los gastos han decrecido un 28% hasta los 621 millones de dólares. En este capítulo es importante el recorte de un 26% en las retribuciones en acciones.
La maquinaria parece estar más afinada para generar beneficios. Desde la empresa se asegura que durante este año 2018 esperan ser rentables. Y eso ha entusiasmado a los inversores. Las acciones se han revalorizado hasta un 25% antes de la apertura oficial de Wall Street.
Un 4% más de usuarios
Esa euforia bursátil ha dejado de lado dos aspectos negativos de estos resultados. Por un lado, el crecimiento en el número de usuarios, una métrica muy vigilada por el mercado para medir su potencial futuro. Cerró con 330 millones de usuarios activos mensuales, un 4% más (el mercado esperaba 332,5 millones).
Por otro lado, los ingresos se han mantenido planos. Crecieron apenas un 2% respecto al año anterior hasta situarse en los 731,6 millones de euros. Aún así, están muy por encima de las estimaciones, que estaban en 686 millones.
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