Brieva (Ávila).- Once internas del Centro Penitenciario de Brieva (Ávila) ha emprendido hoy en autobús un viaje hacia Sarria (Lugo), para realizar a partir de mañana las últimas cinco etapas de la ruta jacobea, con la ilusión de "estar muy pronto camino de la libertad".
Así lo ha dicho a los periodistas la boliviana Ana Rodríguez, que forma parte de esta expedición integrada por otras dos presas mexicanas, una más de Bolivia y otras procedentes de Estados Unidos, República Dominicana, España, Alemania, Malasia y Venezuela.
Todas ellas están acompañadas por una funcionaria de Interior, una educadora, una psicóloga y una auxiliar de Enfermería, Julia Jiménez, que ha realizado esta experiencia en las ocho ediciones precedentes, que han contado con la participación de 84 internas de esta cárcel de mujeres que en la actualidad cuenta con 190 reclusas.
Todas ellas realizarán los 120 últimos kilómetros del Camino de Santiago Francés, en las cinco etapas que separan la localidad lucense de Sarria de Santiago de Compostela, para lo cual han entrenado realizando hasta cinco salidas como entrenamiento físico.
Esta actividad está incluida dentro de la segunda edición de la experiencia "Caminos de Libertad", que se inició el pasado 9 de abril en Roncesvalles y que finalizará en la capital gallega el próximo 11 de mayo, tras haber participado 90 internos e internas de nueve centros penitenciarios españoles.
El de Ávila es el único de mujeres en esta iniciativa que también cuenta con la participación de las cárceles de Pamplona, Palencia, Soria, Madrid VII, Palma de Mallorca, Las Palmas, Lugo y Segovia.
Precisamente las once internas de Brieva recogerá esta tarde el testigo de los reclusos de la cárcel de Segovia, que les cederán las conchas y otros objetos para culminar el día 10 de mayo el recorrido de 850 kilómetros iniciado hace un mes en Roncesvalles.
"Caminos de Libertad" es una actividad pionera de Instituciones Penitenciarias, que se celebra por segunda vez y de forma coordinada entre centros de toda España, algunos de los cuales, entre ellos el de Brieva, ya lo venían realizando en solitario desde hace años.
Las once reclusas de la cárcel abulense han iniciado esta jornada "muy emocionadas", según ha reconocido casi con lágrimas en los ojos la mexicana Marisol Cortés, que ha tenido un recuerdo para sus compañeras que se han quedado en la prisión sin poder disfrutar de esta experiencia que ella vivirá por primera vez.
"Ya empezó el Camino antes de salir. Todo va por ellas", ha dicho, en referencia a sus compañeras, para después señalar que su motivación para realizar la parte final de la ruta jacobea son su hija y su madre: "cuando me caiga, me acordaré de ellas y a caminar".
Por su parte, la dominicana Nairobi Gómez espera que la experiencia les sirva "de mucha ayuda" y para "ver si la vida" les cambia "para bien, como al resto de compañeras" que lo hicieron en las anteriores ediciones.
En esta su primera experiencia de Camino, se acordará de su hijo enfermo y asegura no tener miedo de nada, porque llevan una enfermera para atender las posibles ampollas en los pies.
Queila, de Venezuela, comienza con ilusión esta experiencia que emprende con "la mente abierta", al igual que la boliviana Ana Rodríguez, para quien la "salud" por sus hijos supone una motivación "muy grande", ya que espera estar con ellos "muy pronto".
"La ilusión más grande es estar pronto en el camino a la libertad", ha comentado, antes de subirse al autocar en el que esta tarde llegarán a Sarria.
Tras las cinco etapas que les esperan, el 10 de mayo se unirán en el Monte do Gozo, en Santiago de Compostela, todos los internos, internas y profesionales que han participado durante el último mes en esta experiencia.
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