Ángel María Villar, el eterno mandamás del fútbol: 29 años en el punto de mira

  • Nacido en Bilbao, debutó en el Athletic en 1971, donde estuvo jugando diez años. Se licenció en Derecho, aunque solo ha ejercido de abogado unos años.

    Se mudó a Madrid, cuando comenzó a presidir la Federación Española de Fútbol. Lo que iba para cuatro años se convirtió en 29.

La Guardia Civil ha arrestado a Ángel María Villar en una operación contra la corrupción
La Guardia Civil ha arrestado a Ángel María Villar en una operación contra la corrupción
EFE

Cuentan que cuando Ángel María Villar aspiraba a presidir la Federación Española de Fútbol (RFEF) por primera vez hace 29 años, sus compañeros de la Federación Vizcaína apoyaron su candidatura al grito de "¡Aúpa Chulen!" (por chuleta).

Y es que su fuerte carácter, aliñado con una pizca de soberbia, siempre ha sido un rasgo característico de Ángel María Villar. Ya en 1974, su pronto se hizo mundialmente famoso cuando, en un partido en el Athletic se enfrentaba al Barcelona, tras un rifirrafe entre el bilbaíno y Johan Cruyff, el primero le arreó un puñetazo que mandó al holandés al suelo.

Sin embargo, este mismo carácter fue el que le llevó a dejar su carrera de Químicas para cumplir su mayor sueño: dedicarse al fútbol profesional. Nacido en 1950 y de padre ferroviario, de pequeño vivía en la calle Luis Briñas y desde la ventana de su habitación tenía una vista panoránica del césped del San Mamés. Allí, junto con su hermano Antontxu, fantaseaba con entrenar con aquellos que tanto admiraba.

Cuando por fin lo logró, a costa de muchos disgustos en su casa, decidió compaginar sus estudios con Derecho, licenciatura que completó en 1979. Ocho años antes, se produjo su debut. Un 4 de septiembre de 1971 saltó al campo en el minuto 33 de la segunda parte.

En el Athletic hasta 1988

Diez años estuvo en el Athletic de Bilbao y llegó a disputar 22 partidos con la selección española en los que anotó 3 goles. En 1981 colgó la camiseta con el número 8 y empezó a trabajar en un bufete de abogados. La nostalgia por el fútbol le puso y el trabajo le duró poco. Sus ojos se pusieron entonces en el gobierno del balompié. Primero encabezó la federación vizcaína y en 1988 resultó elegido para presidir la nacional.

El cargo le llevó a tomar una de las decisiones más duras de su vida: hacer las maletas, dejar su Bilbao del alma y mudarse a Madrid junto a su mujer, Ana, y sus hijos, aunque con la perspectiva de volver al norte cuatro años después. Su sueño, por una vez, no se cumplió, ya que desde entonces ha sido reelegido al final de cada mandato.

La etapa de Villar al mando del fútbol español en lo deportivo ha sido fructífera. Un Mundial (2010) y dos Eurocopas (2008 y 2012) suponen un auténtico éxito tras los innumerables sinsabores que siempre le tocó vivir a la selección española.

Pero en lo institucional, Ángel María Villar siempre vivió bajo la sombra de la corrupción. El dirigente vizcaíno tuvo enfrentamientos con distintos gobiernos, con compañeros de la Federación como su secretario general hasta 2003, Gerardo González, al que despidió e incluso con el Consejo Superior de Deportes por el tema de las subvenciones.

Según ha ido acumulando poder, la polémica le ha ido rodeando, la primera por su apabullante patrimonio inmobiliario. No solo tiene una casa en el barrio Salamanca, sino dos pisos en la Gran Vía bilbaína, un chalé en Santo Domingo de la Calzada, un ático en Marbella...

Cercano al Opus Dei

Cuando le han preguntado al respecto, siempre le ha quitado hierro al asunto y, con cierta altanería, ha respondido que sus casas no le salvaban de dormir la mayoría de las noches en camas de hotel. Eso sí, esté donde esté mantiene dos de sus costumbres, que trae aprehendidas del viejo Bilbao: salir a correr entre las seis y las ocho de la mañana y elegir un menú del día frente a comidas más sibaritas.

Esa austeridad, se ha comentado muchas veces, podría estar relacionada con uno de sus libros de cabecera: 'Camino', la obra de Josemaría Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei. Y es que Villar se confiesa católico ferviente, ha hecho más de una vez el Camino de Santiago y ante la Virgen de Guadalupe declaró: "Pedí ser campeón del mundo. La Madre de Dios me lo ha concedido".

Él mismo ha reconocido que en cada momento de su vida ha solicitado ayuda divina para lograr sus objetivos. Detenido junto a su hijo, no se sabe si, esposado, pedirá una vez la intercesión celestial para librarse de una sombra de corrupción que planea desde hace años sobre el bilbaíno que soñaba con jugar en el San Mamés.

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