Centenares de partes civiles por los atentados de París hablan con los jueces

Seis meses después de los atentados de París, los familiares de las víctimas son recibidos a partir de este martes por los magistrados encargados de la investigación, una primera cita que podría resultar "frustrante" cuando el sospechoso clave, Salah Abdeslam, se niega por ahora a colaborar con la justicia.

Estas reuniones, inéditas por su magnitud, con más de mil partes civiles, se van a celebrar a lo largo de tres días en París.

Las víctimas de los ataques contra las terrazas de bares y restaurantes parisinos y del Stade de France, o sus familiares, son recibidos este martes a las 14H00 (12H00 GMT). Miércoles y jueves están previstas reuniones con las víctimas de la sala de espectáculos de Bataclán.

Los jueces, acompañados por representantes de la Fiscalía de París, expondrán los resultados de la investigación en Francia y Bélgica, la base de retaguardia de la célula yihadista, y sus objetivos. Después las partes civiles podrán hacer preguntas a los magistrados.

"¿Cómo se organizaron los atentados? ¿Cómo transcurre la cooperación franco-belga? ¿Quiénes son los instigadores? Estas interrogantes siguen presentes en la mente de las víctimas", señala el abogado Emmanuel Daoud.

Muchos esperan obtener informaciones sobre Salah Abdeslam, el único miembro de los comandos parisinos que sigue vivo, que enfrió los ánimos el viernes, en su primer interrogatorio por la justicia francesa, al acogerse a su derecho a guardar silencio. "Este primer encuentro se presenta frustrante. Esperábamos mucho de sus primeras declaraciones", subraya la letrada Sylvie Topaloff.

Las víctimas sí podrán intentar aclarar numerosos puntos oscuros, sobre todo acerca de la seguridad del Bataclán, que había recibido amenazas. Una información judicial, en 2010, sobre un proyecto de atentado contra la sala de conciertos fue archivada en 2010 por falta de cargos suficientes.

"También sabemos que transcurrió mucho tiempo entre el inicio de la toma de rehenes en el Bataclán y el asalto policial. No se trata de enjuiciar al Estado, sino de intentar entender", puntualiza Daoud.

Algunas partes civiles querrán interrogar a los jueces sobre eventuales fallos de los servicios de información. Diecisiete familias anunciaron su intención de querellarse contra el Estado belga, que consideran culpable de fallos en la vigilancia de los hermanos Abdeslam.

Otros desean saber qué va a pasar con los inculpados (una decena larga) actualmente detenidos en el extranjero. La justicia francesa reclamó a finales de abril a Bruselas la entrega de cuatro sospechosos encarcelados en Bélgica, tres de ellos sospechosos de ayudar a Salah Abdeslam en su fuga.

"Esperamos precisiones, saber cuándo serán trasladados a Francia y si las personas encarceladas en Austria o Turquía también serán reclamadas por los jueces, subraya Philippe Stepniewski.

Pero, según este abogado, "cada uno vendrá con sus preguntas y será difícil responder a las expectativas de centenares de partes civiles".

También será muy pronto para obtener un calendario sobre un proceso eventual.

"Será necesaria mucha paciencia", subraya Georges Salines, presidente de la asociación "13 de noviembre: fraternidad y verdad", que perdió a su hija en el Bataclán. "No queremos que los magistrados se precipiten: la investigación debe ser lo más completa posible para remontar la cadena de responsabilidades y evitar que el máximo de personas pueda hacer daño".

Para Gérard Chemla, que representa a medio centenar de partes civiles, estos encuentros "ante todo simbólicos" no tienen como objetivo "hacer revelaciones impactantes". El interés reside en "tener una visión sintética" de este dossier tentacular que consta de varias decenas de tomos de procedimientos.

La justicia organiza reuniones como éstas en el marco de investigaciones de catástrofes de gran magnitud como el accidente aéreo Río-París en 2009, el accidente ferroviario de Brétigny-sur-Orge (sur de París) en 2013, atentados como el de Karachi en 2002 o los de enero de 2015 en París contra el semanario satírico Charlie Hebdo y el supermecado kósher Hyper Cacher.

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