La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press este martes, le impone 16 años de cárcel por los delitos de allanamiento de morada, detención ilegal y robo con violencia, agravado por el uso de armas. El fallo, además, agrega una orden de alejamiento que le impide acercarse a sus víctimas durante seis años.
Ya en 2014 la Audiencia condenó a 16 años de prisión a la única chica que pudo ser identificada como coautora del asalto. Ahora, la Audiencia condena a uno de los otros cuatro implicados. Los otros tres, como se señala en el auto, se encuentran en paradero desconocido.
La sentencia rechaza los argumentos de la defensa de la prescripción del delito de robo con violencia --por el transcurso de cinco años--, ya que el plazo aplicable es el previsto para el delito más gravemente penado que se imputa al acusado, que es el de detención ilegal. También rechaza que se hayan vulnerado los derechos del acusado sobre el proceso de obtención e identificación de ADN.
Asimismo, señala que el acusado negó los hechos y no contestó a las preguntas de las acusaciones, al tiempo que destaca que los tres testigos víctimas de los hechos hacen un relato "coincidente sin contradicciones en lo esencial, cronológicamente detallado y preciso".
Además, indica que los dos testigos que tuvieron la presencia cercana del acusado lo han reconocido por sus peculiaridades físicas "complexión fuerte y no excesiva altura, su piel muy morena y sus cejas muy pobladas", a lo que se une que una de ellas forcejeó y le bajó el pañuelo, pudiendo ver su cara.
Los hechos, según el auto, ocurrieron sobre las 4 horas del 14 de mayo de 2010 cuando el acusado y el resto de asaltantes, "vistiendo pasamontañas y pañuelos en la cara, así como guantes y calcetines de lana para impedir su identificación", entraron con el objetivo de robar y a la fuerza en la vivienda, situada en una partida de la localidad alicantina de Pedreguer. En la casa estaban durmiendo la propietaria, su hija y el novio de ésta, a quienes "les propinaron numerosos golpes" y apuntaron con una pistola a la dueña para exigirle que les indicara dónde estaba la caja fuerte.
Una vez localizada, hicieron que la propietaria la abriera y se apoderaron del contenido, así como de otros efectos que hallaron en la casa. A continuación, les ataron de pies y manos y les amordazaron. Mientras uno de los asaltantes los vigilaba en una de las habitaciones, el acusado, junto al resto, comieron y bebieron en la cocina hasta aproximadamente las 6 horas. Como consecuencia, los moradores de la vivienda sufrieron lesiones de diversa consideración.
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