El Consulado General de España en Rabat detectó en 2016 que había emitido 28 visados fraudulentos, que anuló de manera inmediata cuando fue consciente de que los expedientes presentados en la tramitación de la visa presentaban "anomalías".
Así lo reconoce el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación en una respuesta parlamentaria al diputado de Ciudadanos Fernando Maura, a la que ha tenido acceso Europa Press.
En septiembre pasado, y después de que el diario 'El Confidencial' alertara de una presunta trama de venta de visados en ese Consulado, Exteriores informó de que había abierto una investigación interna tras detectar "algunas irregularidades" en la expedición de visados a ciudadanos marroquíes que obtuvieron permiso para viajar a España sin demostrar que cumplían los requisitos exigidos por la normativa europea Schengen.
El departamento que dirige Alfonso Dastis niega ahora que pueda hablarse de un fraude masivo cuando de 33.000 expedientes tramitados anualmente por ese Consulado General, únicamente 28 han presentado anomalías, es decir el 0,08 por ciento del total, argumenta en su respuesta escrita.
Anulando esos visados fraudulentos, se impediría la entrada en territorio Schengen de los titulares de esos visados --solo en caso de que no hubieran viajado ya-- y saltaría un aviso cuando quisieran renovarlo. Los marroquíes que quieran entrar en España, aunque sea para estancias turísticas de no más de tres meses, necesitan estar en posesión de un visado.
Como consecuencia del informe interno que detectó los visados fraudulentos, el cónsul introdujo "medidas adicionales de seguridad" para impedir, "con los medios disponibles", que puedan repetirse hechos similares.
MALA GESTIÓN
En este caso concreto, Exteriores considera que "hubo una mala gestión en la tramitación de esos visados y se ha actuado en consecuencia ante una posible negligencia" y asegura que ha adoptado "todas las medidas necesarias para esclarecer" los hechos.
La alarma sonó en mayo pasado. Según el diario 'El Confidencial', esta alerta la dio el ingreso en urgencias en un hospital de Brujas (Bélgica) de una joven marroquí sin medios para costear esa atención médica.
Su pasaporte portaba un visado Schengen caducado expedido por el Consulado de España en Rabat, por lo que el Ministerio del Interior belga preguntó a las autoridades españolas en qué circunstancias se le había concedido.
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