A los detenidos se les atribuye un delito contra la salud pública. Las investigaciones se iniciaron hace veinte días cuando los agentes detectaron un posible punto de venta de sustancia estupefaciente en una vivienda unifamiliar de la localidad. Por ello, establecieron un dispositivo de vigilancia y localizaron casa.
Los policías comprobaron que del domicilio se desprendía un "fuerte olor" a marihuana. Además comprobaron que el consumo de luz era "muy superior a lo establecido", una circunstancia que "suele ocurrir en ocasiones debido a los equipos utilizados para el cultivo de la droga".
Los agentes se incautaron de 410 plantas de marihuana; 43,8 gramos de cogollos secos, tres termohigrómeros, un temporizador, cuatro mandos de aire, 30 focos con sus bombillas, seis ventiladores de pie, cuatro extractores, útiles y efectos para la manipulación de la droga, entre otros.
La detenida, sin antecedentes policiales, ha sido puesta en libertad tras prestar declaración, y se le ha advertido que debe personarse ante la autoridad judicial cuando se le requiera, mientras que el detenido, con antecedentes policiales, ha pasado a disposición judicial.
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