El fin de la actividad armada de ETA es definitivo pero no su desaparición. La banda terrorista quiere permanecer como un agente político. Así lo desvela la Cadena Ser que ha tenido acceso a un informe confidencial de inteligencia.
"La organización terrorista no contempla la entrega o destrucción de sus arsenales ni su autodisolución, condicionándola a una negociación con los gobiernos español y francés", según sostiene el informe de inteligencia.Debilidad de la banda
La Policía desarticuló los departamentos político y logístico que ETA había reforzado en 2014, tres años después del alto el fuego de enero de 2011. La organización terrorista está finalizando el proceso de sellado e inventariado de sus depósitos de armas y explosivos.
Esta tarea, según el informe de inteligencia, la llevan a cabo con mucha desconfianza y muy lentamente ante el temor que pudieran estar controlados por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
Los expertos antiterroristas no descartan que ETA escenifique ante la opinión pública algún gesto sobre el sellado o destrucción de sus armas que sería más serio y creíble que el realizado en 2014. La pretensión de ETA, según el informe, es dilatar el sellado y destrucción de su arsenal tanto como sea posible hasta que se den unas circunstancias más favorables.La farsa de 2014
El inventario del material precintado por la organización ETA incluía entonces cuatro armas de fuego, unas 300 balas, varias granadas y material para la fabricación de explosivos y otros dispositivos como temporizadores, según aseguró la Comisión Internacional de Verificación.
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