HRW ruega que el asedio a la prisión de Hama "no termine en un baño de sangre"

EUROPA PRESS

La revuelta, que comenzó con la noticia de un traslado de cinco condenados a muerte a esta cárcel de alta seguridad, temida por la brutalidad de sus guardias, culminó ayer viernes con un duro asalto de los antidisturbios sirios que lanzaron decenas de granadas lacrimógenas contra los presos, a los que también dispararon con balas de goma, para intentar romper el amotinamiento.

Varios vídeos en manos de la organización humanitaria muestran cómo varios de los reclusos acaban casi asfixiados por la acción de los gases y de las llamas provocadas por el calor de las granadas mientras se escuchan disparos en la distancia.

Activistas sirios como Mazen Darwish, un ex preso de Hama, aseguran que los reclusos están denunciando un rápido deterioro de sus condiciones de vida ante la falta de agua, electricidad y comida. "Y medicinas", recuerda Darwish. "Ni siquiera dejan entrar eso a pesar de que algunos se encuentran en estado grave". Los reclusos han pedido en numerosas ocasiones la intervención de la Media Luna Roja Siria para negociar el fin del amotinamiento después de que la ruptura de las conversaciones previas.

LIBERACIÓN DE PRESOS SIN CARGOS

Los reclusos exigen la liberación de al menos 46 presos políticos que permanecen en la cárcel sin cargos y que temen ser las siguientes víctimas en una ola de ejecuciones que, denuncian, está actualmente está teniendo lugar en la prisión militar de Sadnaya, al norte de Damasco. Las autoridades sirias niegan todas las acusaciones.

HRW ha pedido que "este asedio no termine en un baño de sangre", a través de su director adjunto para la región de Oriente Medio, Nadim Houry, quien ha destacado que "la situación en las cárceles sirias es profundamente inestable y su mejora debe ser prioritaria para los negociadores internacionales" en las conversaciones de paz.

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