Diez semanas después de las elecciones parlamentarias y tras tres sesiones de investidura fallidas, Kenny ha vuelto a ser nombrado como Taoiseach. El pleno ha concluido con 59 respaldos para la candidatura del líder del Fine Gael, que ha recibido en cambio 49 votos en contra.
La abstención del Fianna Fáil ha posibilitado el fin del estancamiento político y ha descartado la convocatoria de nuevas elecciones. El partido opositor, que también intentó en vano liderar el Ejecutivo, se ha comprometido a abstenerse en todas las votaciones clave hasta finales de 2018.
Kenny se ha convertido este viernes en el primer líder de Fine Gael que repite como primer ministro y en el jefe de Gobierno con menor apoyo parlamentario de la historia --59 de 157 diputados--. Se inician ahora una serie de trámites que concluirán la próxima semana con la toma de posesión de los nuevos ministros.
En sus primeras palabras tras la votación, Kenny ha reconocido que el nuevo escenario, con "circunstancias sin precedentes", supondrá un reto para la clase política irlandesa, abocada a negociar y entenderse para sacar adelante nuevos proyectos. Un diputado de Fine Gael ha apuntado incluso que el Gobierno tendrá que acostumbrarse a no ganar todas las votaciones.
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