La ONU critica la violencia racial de la Policía estadounidense por recordar a los linchamientos

Reuters/EP

La noche del jueves se han producido por tercer día consecutivo protestas en la ciudad estadounidense de Charlotte, Carolina del Norte, impulsadas por la muerte de un hombre negro desarmado, Keith Scott, a manos de un agente de Policía, también negro.

Por otro lado, este viernes, una agente blanca que disparó y mató a un hombre negro desarmado en Tulsa, Oklahoma, se ha entregado a las autoridades.

"Las muertes provocadas por la Policía y el trauma que generan recuerdan al terror racial de los linchamientos pasados", ha asegurado en su informe el Grupo de Trabajo. La mayoría de víctimas de linchamiento en el siglo XIX murieron ahorcadas.

El informe redactado por los expertos se ha basado en una visita a Estados Unidos por un grupo de cinco expertos de la ONU. Desde la visita, el descontento por la actuación policial ha aumentado debido a los incidentes fatales entre Policía y afroamericanos desarmados.

LEGADO RACIAL

A pesar de que a lo largo de la historia de Estados Unidos se han hecho esfuerzos por paliar la situación racial, el Grupo de Trabajo se ha mostrado "extremadamente preocupado" por los Derechos Humanos de los afroamericanos.

"En particular, el legado que ha dejado la historia colonial, la esclavitud, la subordinación y segregación racial; el terrorismo racial y la desigualdad en Estados Unidos sigue siendo un problema grave ya que no ha habido intención de compensación ni de reconciliación para los afrodescendientes", ha comunicado el grupo en el informe. "La impunidad de la violencia estatal ha provocado la actual crisis de Derechos Humanos y ésta tiene que ser abordada de manera urgente", ha añadido.

Los incidentes de violencia policial no se suelen perseguir porque los encargados de las investigaciones son los propios departamentos donde trabajaban los sospechosos y porque los fiscales suelen mostrar reacios a presentar cargos, según ha criticado el informe.

El Grupo de Trabajo ha recomendado a Estados Unidos que cree un sistema nacional fiable para registrar las muertes y el uso de fuerza excesiva por parte la Policía y para así poner fin a las divisiones entre afroamericanos y los agentes del orden.

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