El acuerdo con Turquía, un trabajo herculino para una Grecia golpeada por la austeridad

  • "Va a haber 400 expertos en asilo, 400 intérpretes y traductores y 1.500 especialistas en temas de seguridad", precisó Tsipras

    Según las autoridades griegas en las últimas 24 horas se registraron 1.500 llegadas, más del doble que en la jornada anterior

Un niño refugiado se cubre una manta roja mientras descansan cerca del campo de Idomeni, en la frontera de Grecia y Macedonia el 15 de marzo
Un niño refugiado se cubre una manta roja mientras descansan cerca del campo de Idomeni, en la frontera de Grecia y Macedonia el 15 de marzo
DANIEL MIHAILESCU / AFP
D.A

Orquestar el traslado a Turquía de los nuevos migrantes llegados a sus islas y ocuparse de las personas bloqueadas en su territorio, asegurándose en todo momento de que se respeta el derecho de asilo, son parte del trabajo herculino que espera a Grecia para cumplir con el acuerdo entre la UE y Turquía.

Según la Comisión Europea, cerca de 4.000 especialistas serán movilizados para la operación.

El gobierno griego, ahogado por seis años de políticas de austeridad, que a duras penas puede gestionar los centros de recepción de los refugiados, logró que sus socios europeos refuercen con 2.300 expertos sus tareas, informó el primer ministro, Alexis Tsipras.

"Va a haber 400 expertos en asilo, 400 intérpretes y traductores y 1.500 especialistas en temas de seguridad", precisó Tsipras, al informar sobre los resultados de la cumbre.

La UE y Turquía fijaron para la medianoche del domingo los primeros vuelos desde la islas griegas, donde se notaba la urgencia de los migrantes por llegar a las costas antes del plazo.

Según las autoridades griegas en las últimas 24 horas se registraron 1.500 llegadas, más del doble que en la jornada anterior, un cifra muy por encima de los niveles del principio de la semana.

La canciller alemana, Angela Merkel, quien desempeñó un rol clave en los acuerdos, relajó un poco los plazos y dijo el viernes en Bruselas que la operación comenzará el 4 de abril.

Frente a las críticas de defensores de los derechos de los refugiados, la UE prometió respetar el derecho internacional y asegurará que cada demandante de asilo que llegue a Grecia a partir del domingo tendrá derecho a un examen individual.

"Nos espera un trabajo herculino, especialmente a Grecia", reconoció el presidente del ejecutivo europeo, Jean-Claude Juncker, ya que la mayor parte de los migrantes que llegan a las costas griegas son iraquíes y sirios.

El acuerdo plantea que cada refugiado sirio reenviado hacia Turquía, la UE acepte a un refugiado de los 2,7 millones que se encuentran en Turquía, con un tope de 72.000 plazas.

Tsipras, muy fragilizado por el precio que ha tenido que pagar por las políticas de austeridad, también afirmó que se respetarán las reglas humanitarias.

"No vamos a hacer ninguna concesión", aseguró.

En tanto la juventud de su partido, la formación de izquierda Syriza, convocó manifestaciones este sábado para expresar su descontento con el acuerdo, en sintonía con una movilización internacional.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) estimó el viernes que el modo de aplicación del acuerdo será "crucial". "Los refugiados necesitan protección y no rechazo", añadió la organización en un comunicado.

La UE espera que el acuerdo desincentive las llegadas, pero también que Turquía cumpla con labor de frenar a los migrantes que intentan cruzar el mar Egeo. El primer ministro griego dijo que espera que la fuerza de la OTAN desplegada a finales de febrero también cumpla una labor de "filtro".

Además, Grecia debe hacerse cargo de las personas bloqueadas en su territorio desde el cierre de la ruta de los Balcanes, separando a los migrantes económicos, que serán expulsados, de los demantes de asilo que serán relocalizados en otros países de la UE.

Para los migrantes que esperaban en el campo de Idomeni, el dilema este sábado era grande. Intentar cruzar o resignarse a ser relocalizado, sin poder elegir a qué país serán enviados.

Llegado desde Damasco, Mohamed, de 30 años, se apresta a tomar el bus para inscribirse en Atenas en el programa europeo. Por su parte Yasmin quiere esperar.

"No pueden prohibirnos que nos reunamos con nuestros maridos que lograron entrar en Alemania este verano", dijo a la AFP la joven, procedente de Alepo, que se encuentra en el campamento con sus dos hijos y sus hermanas.

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