Acusado de acuchillar a su mujer dice que no se acuerda y que la quería mucho

  • El hombre de 65 años acusado de haber matado el año pasado de varias cuchilladas a su mujer en el sofá de su casa en el barrio ovetense de La Corredoria ha declarado hoy en el juicio que no recuerda nada de lo sucedido y que por entonces veía gigantes y oía voces, así como ha subrayado: "A mi mujer la quería mucho".

Oviedo, 3 oct.- El hombre de 65 años acusado de haber matado el año pasado de varias cuchilladas a su mujer en el sofá de su casa en el barrio ovetense de La Corredoria ha declarado hoy en el juicio que no recuerda nada de lo sucedido y que por entonces veía gigantes y oía voces, así como ha subrayado: "A mi mujer la quería mucho".

La primera de las cinco sesiones previstas para este juicio ha comenzado en la Sala Tercera de la Audiencia Provincial de Asturias con más de tres horas de retraso tras las recusaciones a miembros del jurado, entre ellas una para un miembro que no era lego en psiquiatría.

En esta materia, en conocer si el acusado, M.R.P., sufrió un brote psicótico al matar a su mujer, estará el quid del juicio, según ha explicado el abogado de la defensa, quien por ello pide la libre absolución, mientras que la fiscalía pide veintitrés años de prisión y la acusación particular (de los dos hijos del matrimonio) solicita veinticinco años.

Otro aspecto a dilucidar por el jurado, compuesto -incluidos los dos suplentes- por seis mujeres y cinco hombres, será si fue asesinato (con alevosía o ensañamiento) u homicidio, como opina la defensa, que cree que los cortes en la cara los hizo cuando ya había fallecido al acuchillarle el pecho.

El arma homicida, un cuchillo de monte de diecinueve centímetros de hoja, le ha sido mostrado al acusado, quien, al igual que a la mayoría de cuestiones que se le han planteado, ha asegurado que no recuerda nada.

Sólo a algunas preguntas ha dicho que sí recordaba, entre ellas, que bebió varias cervezas aquella noche, o que fue él quien dijo al día siguiente que había que llamar a la policía.

"Sentí pues una pena muy grande porque yo a mi mujer la quería mucho", ha respondido M.R.P. cuando le ha preguntado el fiscal de Violencia de Género de Asturias, Gabriel Bernal, qué sintió cuando le contaron lo que había hecho.

Bernal ha recordado que éste es uno de los cinco casos mortales de violencia machista en Asturias en 2010, que la convirtieron "porcentualmente" en la "número uno" entre las comunidades autónomas.

El fiscal cree que hubo alevosía porque la fallecida (Isabel Larriet) no tuvo posibilidad de defensa, y ensañamiento, pues le siguió haciendo cortes en los párpados y los labios cuando ella aún estaba viva.

En los próximos días declararán los hijos y psicólogos y psiquiatras, unos que creen que es un simulador y otros que mostrarán que es un enfermo mental, ha explicado Bernal, quien tiene claro que M.R.P. "dice no recordar nada y miente".

La acusación particular ha destacado la "frialdad" del presunto asesino, porque al levantarse al día siguiente desayunó cereales "tranquilamente" tras tapar el cadáver.

La defensa ha destacado la esquizofrenia que sufre M.R.P. desde 1968, que le ha tenido ingresado en psiquiátricos de Madrid, Barcelona, Austria y Asturias.

"Yo no me siento culpable de lo que hice", ha dicho M.R.P., quien ha entrado en sucesivas contradicciones al afirmar a veces que no recuerda a su mujer o si tiene hijos y, en otros momentos, contar aspectos de su vida con ellos.

Muy categórico ha sido en varias ocasiones para enfatizar que no tiene memoria: "Lo juro por nuestro señor Jesucristo y por todos los santos que no me recuerdo".

"Siempre quise demasiado quizá a las mujeres y la fatalidad me vino a traer esta desgracia", ha dicho también el acusado, quien ha relatado momentos de su vida como una violación oral cuando era "pequeñín" y vivía en Galicia por un hombre que se llamaba como él.

Ha descrito con detenimiento sus episodios de "pánico", cuando no se atrevía a salir de casa ni para tirar la basura porque por la mirilla veía gigantes que iban de cortina en cortina y se reían de él y le amenazaban.

"Nunca olvidaré lo mal que lo pasé, no se lo deseo a nadie", ha añadido.

El 27 de febrero de 2010 la pareja había regresado de una misa por una hermana de él, que se había suicidado días antes y le pasaban "cosas parecidas" que a él, según ha explicado.

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