Al Nahda teme que Egipto caiga en la violencia por los islamistas extremistas

  • El presidente del partido islamista Al Nahda que lidera el Gobierno en Túnez, Rachid Ganuchi, consideró que el golpe de Estado en Egipto "envía signos negativos" y alienta a los integristas extremistas, lo que entraña el riesgo de que el país caiga en la violencia.

París, 5 jul.- El presidente del partido islamista Al Nahda que lidera el Gobierno en Túnez, Rachid Ganuchi, consideró que el golpe de Estado en Egipto "envía signos negativos" y alienta a los integristas extremistas, lo que entraña el riesgo de que el país caiga en la violencia.

"Temo un desliz hacia la violencia", advirtió en una entrevista publicada hoy por el diario francés "Le Monde" Ganuchi, que a continuación puntualizó que no cree que los Hermanos Musulmanes, apartados del poder por los militares, vayan a pasar a una oposición violenta porque sería "contradictoria con su estrategia".

Insistió en que dado que "Egipto es un país importante, este golpe de Estado envía señales negativas y alienta a los grupos extremistas", y para ilustrarlo se refirió al comunicado del líder de Al Qaeda Ayman al-Zawahiri, en el que criticaba a los Hermanos Musulmanes por pensar que podían cambiar las cosas por las urnas.

Según su análisis, es "un retroceso que llega en un periodo histórico de las revoluciones democráticas" en el mundo árabe, aunque a más largo plazo dijo que será "sólo un parón" y que "el encuentro entre Islam y democracia reanudará su marcha".

"Ya no estamos en la época de los golpes de Estado y de las ideologías nacionalistas. El tiempo de Nasser, como el de Mubarak, ha pasado pese a la nostalgia de algunos", añadió, en referencia a esos expresidentes egipcios.

El jefe del partido islamista de Túnez dijo no temer un contagio en su país de lo que ocurre en Egipto puesto que se dan "dos casos completamente diferentes".

A diferencia de Egipto, en Túnez hay "un ejército profesional que no ha hecho nunca política", hay "un gobierno de unión" en el que están islamistas y laicos y su propio partido, Al Nahda, ha "hecho muchas concesiones para evitar cualquier polarización".

"Lo que sucede en Egipto muestra que tuvimos razón e incluso nos va a permitir aumentar el consenso y convencer a los extremistas y a las corrientes más radicales de Al Nahda de seguir la estrategia que dirijo", concluyó.

En cualquier caso, consideró que Túnez debe "acelerar" la transición, terminar la constitución y organizar elecciones de aquí a finales de año, según espera.

También hizo notar que la visita esta semana del presidente francés, François Hollande, a Túnez, pone en evidencia que las relaciones entre los dos países con la llegada al poder de Al Nahda hace año y medio no sólo no se han roto sino que se han desarrollado.

Y dijo coincidir con la declaración de Hollande en la que pedía la celebración de elecciones en Egipto lo más rápido posible: "una posición equilibrada".

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