La alianza Podemos-IU se enreda una vez más en la guerra de siglas

  • Sectores críticos de ambas formaciones presionan para liderar la posible confluencia. 

    Una corriente de IU advierte del riesgo estratégico de cualquier tipo de colaboración. 

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.
EUROPA PRESS

Las conversaciones entre Podemos e IU para explorar una confluencia de cara a las previsibles generales del 26-J deben enfrentar el principal elemento que hace unos meses frustró la negociación: cómo encajar ambos proyectos y, sobre todo, ambas siglas.

IU parte ahora de una ventaja que no contaba entonces: el aval de un millón de votos que Iglesias aspira a sumar para lograr el sorpasso al PSOE, y las buenas previsiones ante esos eventuales comicios.

Su candidato, Alberto Garzón, está dispuesto a hacer valer esta posición en las negociaciones: desde IU no se aceptará un pacto territorial, “a la carta”-como el actual, en Galicia y Cataluña- ni tampoco una alianza “de nombres”, como propone el número dos de Podemos, Íñigo Errejón. Esa fue precisamente la línea roja que el partido morado marcó ante el 20-D, cuando propuso a IU la incorporación de algunos dirigentes, entre ellos Garzón, en puestos de salida, pero sin más alcance.

Las conversaciones deben vencer las resistencias que se constatan en ambos partidos, si bien la disposición a alcanzar algún acuerdo es en esta ocasión mayor que hace meses. El propio Iglesias está dispuesto a buscar esa alianza “desde el reconocimiento” de IU, reclamación prioritaria para los de Garzón.Colaboración vs. transversalidad

El líder de Podemos habla así de una “colaboración” que, en la práctica, supondría mantener ambas siglas en la papeleta. La cuestión no es menor, ya que de ello depende también el derecho a las subvenciones por los resultados electorales.

La intención de Iglesias choca, no obstante, con un sector del partido, liderado por Errejón. El portavoz parlamentario prefiere hablar de “transversalidad”, lo que en la práctica se traduce en que Podemos capitalice esa alianza.

Errejón ha advertido además de los riesgos de creer que el nuevo proyecto sumaría automáticamente a los electorados de ambas formaciones. “Si hay elecciones toca entenderse”, advirtió por su parte Ramón Espinar, portavoz en el Senado.

Entenderse también es la opción que defiende la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, una voz cada vez más autorizada para Iglesias. Por su parte, Juan Carlos Monedero es partidario de una marca alternativa, al estilo de Podemos-En Común, que encuentra evidentes resistencias en IU.El sector crítico de IU: "Es la crónica de la disolución anunciada"

Las corrientes internas, en este caso, las encabeza Gaspar Llamazares. El excoordinador ha advertido del riesgo de “disolución” de siglas y aglutina a una parte de dirigentes y cargos orgánicos escépticos con el acuerdo, al que consideran un riesgo estratégico para IU.

"Es la crónica de una disolución anunciada", lamentó hace unos días Llamazares, quien reiteró que su corriente, Izquierda Abierta, "ha abierto un período de reflexión y tomaremos las decisiones que haya que tomar". Llamazares no descarta llegar a romper con la coalición si, llegado el momento, se cierra esa confluencia con Podemos.

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