Amaiur pide reconocer la "sangrante epopeya" de los niños vascos de la Guerra

  • Amaiur defenderá esta semana en el pleno de la Cámara Alta una moción que insta al Gobierno a reconocer el dolor y el sufrimiento padecido por los "niños vascos" de la Guerra Civil en la "sangrante epopeya" que supuso su evacuación forzada al Reino Unido, de la que este mes se cumplen 75 años.

Madrid, 19 may.- Amaiur defenderá esta semana en el pleno de la Cámara Alta una moción que insta al Gobierno a reconocer el dolor y el sufrimiento padecido por los "niños vascos" de la Guerra Civil en la "sangrante epopeya" que supuso su evacuación forzada al Reino Unido, de la que este mes se cumplen 75 años.

La iniciativa del senador del grupo mixto Urko Aiartza, que defenderá la moción, recuerda que para los niños que salieron del muelle de Bilbao el 21 de mayo de 1937 y recibieron asilo en el Reino Unido, "la consigna invariable" de sus padres -"sólo serán tres meses"- se convirtió en una vida entera.

El texto describe "la sangrante epopeya" que vivieron estos niños, "a los que el fascismo cambió sus vidas" e insta al Gobierno a reconocer "la pérdida, el dolor y sufrimiento" que padecieron tanto ellos como sus familias" y a "reconocer y saludar" la labor solidaria que instituciones, sindicatos, asociaciones, fuerzas políticas y "ciudadanos ingleses, galeses y escoceses del Reino Unido" realizaron.

Aiartza describe que la situación de los niños vascos fue "particularmente trágica" tras los bombardeos de Gernika de abril de 1937 por "los aviones nazis de la Legión Cóndor alemana en colaboración con las tropas golpistas del general Franco" y los bombardeos previos en Durango y otras zonas de Vizcaya, que permanecía "leal a la República".

"Crímenes de guerra y lesa humanidad contra la población públicamente anunciados por militares alzados -"Si vuestra sumisión no es inmediata arrasaré Vizcaya, empezando por las industrias de guerra, tengo medios sobrados para ello", amenazaba el general Mola-", reza la moción.

En esa situación, afirma Amaiur, el Gobierno vasco apeló a las naciones extranjeras para que diesen asilo a los niños vascos, una solicitud que fue respondida desde el Reino Unido.

El senador de Amaiur destaca en ese punto la labor de la duquesa de Atholl, Eleanor Rathbone, Leah Manning, Wilfred Roberts y Ralph Stevenson, que era cónsul británico en Bilbao, así como los miembros del comité privado que aportaba 10 chelines semanales para el cuidado y educación de cada niño, sindicatos, partidos y fundaciones.

Los niños salieron de Bilbao el 21 de mayo de 1937 con un disco hexagonal colgado en la ropa con un número identificativo y las palabras "Expedición a Inglaterra".

"El barco, con capacidad para 800 pasajeros, llevaba 3.480 niños a bordo, 80 maestros, 120 ayudantes, 15 curas católicos y dos médicos", relata la moción de Amaiur, que añade que los niños iban apilados en el buque, que arribó en Southampton el 23 de mayo.

"Muchos de ellos no volverían a ver más a sus padres, madres, hermanos o tíos", explica el texto, que describe cómo, durante todo el verano de 1937, se realizó el traslado de los niños hasta distintos hogares por todo el Reino Unido.

El proceso de repatriación, "arduo y difícil", comenzó "tras la caída de Bilbao y la captura del resto del País Vasco por las tropas franquistas" de forma que, al final de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los niños había regresado a su hogar.

Para algunos, explica Amaiur, fue una "experiencia terrible" porque no hablaban su idioma materno, habían olvidado a sus padres, no podían acostumbrarse a las restricciones existentes o bien marcharon a terceros países para un largo exilio.

La moción de Amaiur recuerda especialmente a los 250 niños que jamás regresaron de Gran Bretaña, a los que "el fascismo cambió sus vidas".

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