(ampliación) controladores. Zapatero asegura que agotó todas las posibilidades ante una situación "calamitosa"


El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró este jueves ante el Pleno del Congreso de los Diputados que antes de decretar el estado de alarma agotó todas las posibilidades previas para restablecer el tráfico aéreo el pasado fin de semana.
En una comparecencia de unos 45 minutos, el presidente explicó la sucesión de hechos que llevó al Gobierno a tomar esa decisión, y los argumentos jurídicos en los que la fundamenta.
El Gobierno, aseguró, es consciente de que el estado de alarma, pese a ser "menos incisivo" que los de excepción y sitio, "permite imponer, transitoriamente, limitaciones y alteraciones organizativas de amplio calado para afrontar alguna de las situaciones anómalas que la ley orgánica expresamente contempla".
Por ello, "agotó sus posibilidades de actuación mediante medios menos excepcionales, cumpliendo de modo estricto con el principio de proporcionalidad que subyace a la previsión del estado de alarma y que exige que la situación a que viene a dar respuesta no pueda ser gestionada mediante los instrumentos ordinarios con los que cuenta el Gobierno".
Las gestiones previas, argumentó, no fueron suficientes "dada la pertinaz actitud de los controladores" para regresar a sus puestos de trabajo y restablecer la normalidad del tráfico aéreo.
Esa normalidad, explicó, estaba "gravísimamente alterada" porque la situación creada "obstaculizaba el ejercicio del derecho de libre circulación reconocido a todos los ciudadanos, con las muy variadas consecuencias de orden personal que ese impedimento lleva aparejadas".
Además, "paralizaba por completo el funcionamiento de uno de los servicios públicos esenciales como es el transporte aéreo, con graves perjuicios para la economía de nuestro país y su imagen y las responsabilidades internacionales que tenemos".
REBELDÍA
En opinión del Gobierno, la situación creada por los controladores, por la intensidad y extensión de sus efectos, y por cómo se desencadenó, "en abierta rebeldía con el Estado de Derecho, con sus normas e instituciones", originaba alarma social y suponía "una afrenta al orden público constitucional y como tal había que abordarla".
Rodríguez Zapatero defendió que en esa situación concurrían los elementos recogidos en la ley orgánica que prevé la declaración del estado de alarma, y aseguró además que la actuación del Gobierno permitió la reapertura del espacio aéreo "neutralizando o aminorando al menos el impacto negativo" causado por el caos.
El Gobierno, concluyó, "agotó las alternativas menos gravosas, adoptó una declaración estrictamente limitada al estado de alarma, la rodeó del máximo posible de garantías y concretó las medidas a aquellas necesarias para poner fin a la alteración del servicio de transporte aéreo, extraordinariamente grave, que vivimos el pasado fin de semana".
Reiteró que ha actuado "con la urgencia y la contundencia" exigidas por las circunstancias pero sigue trabajando en la actualización de la normativa para lograr un "equilibrio razonable" entre condiciones de trabajo "muy favorables" para los controladores y las "obligaciones" que se les exigen.
En el futuro, aseguró, "no dudará en utilizar, sin ignorar los requerimientos de proporcionalidad a los que me he referido, todos los instrumentos del Estado de Derecho para poner fin a situaciones como las que vivimos el pasado fin de semana".

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