Arabia Saudí cultiva la herencia del wahabismo

  • A las puertas de Riad se erige el imponente futuro centro de investigación dedicado al wahabismo, una rama del islam considerada inflexible, intolerante e inmutable.

El edificio forma parte de un ambicioso proyecto dirigido por el rey Salman de Arabia Saudí. Se levanta en el centro del barrio de Adiriyah, donde vivió el predicador Mohamed ben Abdelwahab, que forjó la alianza que originó el Primer Estado saudí en el siglo XVIII.

Esta alianza con un jefe local, Mohamed ben Saud, estableció las bases de la Arabia Saudí actual y su doctrina rigorista.

La voluntad de preservar la herencia del predicador significa que el wahabismo continúa estando en el centro del alma saudí pese a que algunos consideran que esta doctrina alimenta el extremismo sunita.

El centro albergará documentos, libros y una mediateca para los investigadores interesados en Mohamed ben Abdelwahab y su mensaje.

Lanzado en 2000, el proyecto de 750 millones de riyales (176 M de euros, 200 M de dólares) incluye también la rehabilitación de At-Turaif, un distrito formado por palacios y casas de adobe que fue la cuna de la dinastía Al Saud.

El rey Salman tiene un palacio frente a este sitio donde vivieron sus ancestros y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Las obras deben concluir a finales de 2016.

Cuando esté terminado, el complejo albergará cinco minimuseos dedicados a la vida bajo el Primer Estado saudí (1744-1818), que fue destruido por invasores otomanos y egipcios.

El centro Abdelwahab tiene "un importante valor histórico", explicó a la AFP Abdalá Arrakban, director de la comisión de desarrollo. Defenderá la "verdad" sobre la obra de Mohamed Abdelwahab, a quien los medios describen como un "asesino y un belicoso, pero creo que es falso", agregó.

El predicador defendió, según Arrakban, el Tawhid (unicidad de Dios) en oposición al culto de los santos, al chiismo, a la representación de los seres vivos, y preconiza la aplicación de la sharia (ley islámica) para que el islam vuelva a ser como se practicaba en sus inicios.

El rigorismo se refleja en la arquitectura del futuro, donde solo unas pasarelas de cristal rompen un poco la austeridad de los imponentes bloques de piedra caliza de la fachada.

Mohamed Abdelwahab forjó en 1740 la alianza que legitimó a los Al Saud. En contrapartida, estos adoptaron su doctrina.

Esta alianza se perpetúa hoy con una familia real que controla la vida política y deja a los religiosos imponer estrictos códigos de conducta.

En este país ultraconservador, no hay libertad de religión, la mujer no puede conducir, los cines y el consumo de alcohol están prohibidos.

La doctriba wahabita también está acusada de inspirar a organizaciones yihadistas como Al Qaida o el grupo Estado Islámico (EI).

Irfan al Alawi, cofundador de la Fundación del Patrimonio Islámico basado en La Meca, denuncia "la hipocresía" que consiste en honrar a Abdelwahab y preservar Adiriyah al tiempo que se desatienden los sitios históricos en el resto del país.

De acuerdo con las enseñanzas de Abdelwahab contra la idolatría, las autoridades abandonaron los sitios relacionados con el profeta Mahoma en las ciudades santas de La Meca y Medina, agregó. Algunos de estos ya han desaparecido en operaciones de renovación urbana.

Para él, existen vínculos entre el pensamiento wahabita y el EI. "Está la ideología wahabita y luego están sus ramificaciones que se han vuelto todavía más extremas".

Sin embargo, "Arabia Saudí no tiene nada que ver con el EI", estimó Stéphane Lacroix, profesor de Ciencias Políticas en París, señalando que Abdelwahab dejó la política a los políticos.

"El poder político impone ciertas obligaciones a la autoridad religiosa que en un sentido limita (...) el radicalismo", subraya. Una parte de la juventud del país "no se siente realmente wahabita" en una sociedad expuesta a las influencias modernas.

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