Arranca la campaña en Japón con dudas en torno a la salud económica del país

  • Los partidos políticos nipones dieron hoy el pistoletazo de salida a una campaña electoral de doce días para unos comicios anticipados en los que la formación gobernante de Shinzo Abe parte como favorita a pesar de las dudas sobre la economía.

Andrés Sánchez Braun

Tokio, 2 dic.- Los partidos políticos nipones dieron hoy el pistoletazo de salida a una campaña electoral de doce días para unos comicios anticipados en los que la formación gobernante de Shinzo Abe parte como favorita a pesar de las dudas sobre la economía.

Un total de 1.184 candidatos (unos 300 menos que hace dos años) afiliados a partidos o independientes se presentan a estos comicios, de los que saldrán elegidos los 475 escaños que conforman la Cámara Baja nipona (5 menos que en la legislatura actual), la cual disolvió el primer ministro Abe el pasado 21 de noviembre.

Su Partido Liberal Demócrata (PLD) parte como claro favorito para obtener una nueva victoria el día 14 que le permitiría controlar un número de escaños en el hemiciclo similar al actual (294), según el último sondeo de la agencia Kyodo, que refleja un 28 por ciento de respaldo a la formación.

Pese a no contar con un nivel de popularidad muy bajo y estar a mitad de mandato, el jefe de Gobierno quiso aprovechar la debilidad de la oposición para convocar estos comicios a modo de referéndum sobre sus políticas económicas en un momento marcado por la contracción que registró el PIB nipón en julio-septiembre.

A esto se une ahora la rebaja anunciada en la víspera por la agencia Moody's para la nota de la deuda soberana nipona.

Moody's la redujo un escalón, de "Aa3" (sobresaliente bajo) a "A1" (notable alto), ante las dudas que se plantean de cara a que el Gobierno Abe logre contener el déficit y la enorme deuda pública, que es de más del 200 por ciento de su PIB y es la mayor del mundo desarrollado.

Sin embargo, Abe insistió hoy en que su receta, conocida como "Abenomics" y basada en una política monetaria agresiva, un potente gasto público y reformas estructurales, logrará su objetivo de sacar a la tercera economía del mundo de su letargo y a la vez la consolidación fiscal.

"No hay duda de que la economía está mejorando. Nuestra misión ahora es lograr que los efectos positivos lleguen a las zonas rurales y a las pymes", dijo hoy el primer ministro en el primer mitin de su conservador Partido Liberal Demócrata (PLD), celebrado en la prefectura de Fukushima.

El líder del opositor Partido Democrático (PD), Banri Kaieda, también eligió para su primer discurso esta región simbólica, golpeada por el terremoto y tsunami de 2011 y la posterior crisis nuclear, y argumentó precisamente que el "Abenomics" se ha notado solo en zonas urbanas y fomentado la desigualdad.

"El primer ministro dice que la economía se está fortaleciendo, pero sus medidas han beneficiado solo a un número limitado de personas", afirmó Kaieda en referencia a los que más tajada han sacado del "Abenomics", las grandes corporaciones y aquellos con activos bursátiles.

Por su parte, Toru Hashimoto, el presidente del tercer bloque en intención de voto, el Partido de la Innovación, defendió que su formación es la única que puede llevar a cabo verdaderas reformas.

En ese sentido propuso "recortar en un 30 por ciento el número de parlamentarios y sus gastos", además de rebajar también el salario de los funcionarios que componen el enorme aparato burocrático nipón, considerada una suerte de élite que gobierna de facto el país.

En este primer día de campaña también hubo hueco para la seguridad regional o la polémica reactivación nuclear tras Fukushima.

El líder del Partido Social Demócrata, Tadatomo Yoshida, expresó en un mitin celebrado en la prefectura de Oita (suroeste de Japón) su firme rechazo a la reinterpretación de la Constitución pacifista de Japón aprobada por el Gobierno Abe que permitirá al Ejército asistir a países aliados si son atacados.

En cambio, el líder del Partido Comunista de Japón (PCJ) Kazuo Shii, que arrancó su campaña en Tokio, reafirmó la intención de su partido de "bloquear cualquier intento de reactivar los reactores nucleares" de Japón, que permanecen detenidos a raíz del accidente en Fukushima en 2011.

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