El balance de narcotraficantes muertos en Filipinas alcanza el millar, según los medios

EUROPA PRESS

Si bien las autoridades han reconocido que el número de presuntos traficantes muertos ha aumentado desde las elecciones, el pasado 9 de mayo, en las que Duterte salió vencedor, las cifras oficiales distan mucho de las que ofrecen diferentes grupos en defensa de los Derechos Humanos.

No obstante, no es sólo la Policía la que está detrás de estas muertes: aunque las autoridades han llevado a cabo numerosos operativos para tratar de poner fin al tráfico de estupefacientes en el país, algunos narcotraficantes han muerto a manos de asaltantes individuales, sin relación con las fuerzas de seguridad.

Al balance de los abatidos en operativos policiales se suma el que realiza la cadena de televisión, elaborado sumando los presuntos 'narcos' que han muerto durante operaciones policiales --en los que se incluyen a los abatidos en operativos policiales, pero también a los muertos a manos de asaltantes no identificados y a los cadáveres hallados con vínculos con el narcotráfico--. Según este balance, que suma las muertes desde el 10 de mayo hasta el 12 de agosto, 1.000 narcotraficantes han perdido la vida.

La lucha de las fuerzas de seguridad filipinas contra el narcotráfico en el país se incrementó desde el día de las elecciones ya que, según el portavoz de la Policía, Wilben Mayor, "esta es la prioridad del presidente".

Sin embargo, Duterte también llamó a los ciudadanos a sumarse a esta lucha contra la delincuencia: en la ciudad de Cebú --ubicada en las Bisayas centrales--, el presidente, antes de acceder formalmente al cargo, ofreció 5,5 millones de pesos --unos 100.000 euros-- por cada narcotraficante muerto.

Esta oferta era al menos 100 veces superior a la ofrecida por el propio alcalde de Cebú, Tomás Osmeña, que anunció la entrega de 50.000 pesos --algo menos de 1.000 euros-- por cada traficante de narcóticos que fuera abatido en la ciudad.

CRUZADA DE DUTERTE CONTRA EL NARCOTRÁFICO

En la línea con su campaña electoral, centrada en acabar con la delincuencia en el país, una vez elegido Duterte se ha comprometido también a pagar recompensas a la Policía y a militares por cada narcotraficante que consigan abatir. En una rueda de prensa, el mandatario electo dijo que no estaba hablando de matarles, "sino que la orden es 'vivo o muerto'".

El portavoz de la Policía aseguró que no se podía concluir que este incremento en las cifras se deba a estas declaraciones, ni tampoco a las del superintendente de la Policía designado por el presidente, Roland 'Bato' de la Rosa, quien aseguró que tenía preferencia por eliminar a 'señores de la droga' y sospechosos de delitos vinculados al narcotráfico.

Por su parte, la Comisión de Derechos Humanos (CDH) ha expresado su preocupación ante el creciente número de delincuentes abatidos, por lo que ha establecido un grupo de trabajo para evaluar las ejecuciones extrajudiciales.

Asimismo, numerosas organizaciones en favor de los Derechos Humanos han criticado esta política del Gobierno de Duterte, acusándola de enfocarse en los pequeños narcotraficantes en lugar de desarrollar una estrategia para acabar con los máximos responsables del tráfico de drogas en el país.

Mostrar comentarios