Entre los civiles muertos figura un empleado de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Evariste Mbonihankuye, precisó el comunicado de la ONU.
Las víctimas civiles "aparentemente fueron abatidas a quemarropa".
Ban condenó los asesinatos y urgió "a las autoridades de Burundi a realizar una rápida y rigurosa investigación sobre las circunstancias y motivos detrás de estos crímenes despreciables" para asegurarse que sus autores enfrenten a la justicia.
Burundi está sumida en una crisis política desde finales de abril, cuando el presidente Pierre Nkurunziza presentó su candidatura para un tercer mandato, cuestionado por la oposición y la sociedad civil.
Desde su reelección en julio, la violencia se intensificó, con el asesinato de personalidades de los dos bandos, ataques a la policía y ejecuciones sumarias.
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