Barroso dice que las medidas contra la crisis de España e Italia funcionan

Bruselas, 30 ene.- El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, llamó hoy a los líderes de los Veintisiete a confiar en la economía comunitaria y destacó que las medidas tomadas por España e Italia están funcionando y demostrando que hay una salida a la crisis.

"Debemos confiar en nosotros mismos. La UE no es el enfermo del mundo. Estamos haciendo reformas que otros aún no han iniciado", dijo Barroso en su intervención en el Consejo Europeo que se celebra hoy en Bruselas.

Según el discurso difundido por la CE, el político portugués subrayó que Europa ya ha "hecho mucho" y que las "medidas tomadas por Italia y España están funcionando y están siendo reconocidas por los mercados".

"Así que hay una salida", insistió Barroso.

El presidente de la CE defendió una vez más la necesidad de combinar disciplina fiscal con políticas de crecimiento, utilizando para ello reformas estructurales de forma prioritaria.

"Si no somos capaces de crecer, todo el sacrificio de la consolidación fiscal no tendrá éxito y nos encontraremos con consecuencias no sólo económicas, sino también políticas y sociales", admitió.

Recalcó, por ello, que los gobiernos deben ser selectivos a la hora de decidir dónde recortar gastos y evitando hacerlo en áreas con potencial de crecimiento.

"Y tenemos que asegurar una protección social adecuada", advirtió.

Para poner fin a la crisis, Barroso defendió un "enfoque global", que ponga fin al "circulo vicioso" que afecta hoy a Europa, consecuencia del bajo crecimiento y competitividad, la incertidumbre sobre el sector financiero y las dudas sobre la sostenibilidad de las cuentas públicas.

"Estas tendencias negativas se alimentan entre sí y agitan una crisis de confianza entre inversores y consumidores", recordó el político portugués.

Barroso destacó por ello la importancia de recuperar el crecimiento, sobre todo en un momento en el que las previsiones para la economía europea empeoran como consecuencia de no haber resuelto la crisis griega, de la falta de confianza en el euro, las presiones sobre el sector financiero, los efectos a corto plazo de la austeridad y el frenazo en la economía global.