Bbva propone que los nuevos trabajadores sufraguen con su salario parte de su indemnización por despido


BBVA Research, el servicio de estudios del banco, propone para “modernizar” el sistema indemnizatorio un sistema “mixto” para los nuevos asalariados por el que una parte de la indemnización por finalización de contrato dependa de la antigüedad del trabajador en la empresa y otra de una cuenta de ahorro individual del salario del propio empleado nutrida de aportaciones periódicas por un importe equivalente a 8 días de salario por año trabajado.
Esta propuesta se recoge en el último ‘Observatorio Económico España sobre Empleo’, elaborado por BBVA Research y la Fundación Sagardoy, que plantea un sistema similar al austriaco a aplicar para los nuevos contratos desde el momento en que esta propuesta entrara en vigor, con adscripción obligatoria para todos los nuevos asalariados.
En rueda de prensa para presentar el informe, el economista jefe de Economías Desarrolladas de BBVA Research, Rafael Doménech, defendió la iniciativa porque “beneficia al trabajador y no encarece los costes laborales de la empresa”.
Doménech indicó que es un “óptimo” para la empresas, ya que “reduce la incertidumbre del coste de indemnización” al sustituir una parte de la indemnización “por una especie de seguro”, y los trabajadores son los “más beneficiados” al aumentar la probabilidad de optar a un contrato indefinido.
Asimismo, destacó que este fondo de capitalización tendría un efecto sobre el consumo, la demanda agregada, sobre las empresas y “sobre el ahorro por la creación de este fondo de capitalización que aumentaría el ahorro en el conjunto de la economía”, agregó. El nuevo sistema indemnizatorio sería obligatorio para los nuevos contratados y la transición sería de mutuo acuerdo entre el empleador y el empleado para los preexistentes.
MODELO AUSTRIACO
Con este sistema mixto, que combinaría el actual con el modelo austriaco, todos los nuevos asalariados dispondrían de una cuenta de ahorro individual nutrida de aportaciones periódicas por un importe equivalente a 8 días de salario por año trabajado. Sugiere así un tipo de cotización estable del 2,19% del salario bruto anual.
Cuando la remuneración estuviese limitada por el salario mínimo interprofesional (SMI), la contribución a la cuenta de ahorro individual sería realizada por la Administración pública, lo que equivaldría a establecer una bonificación de 2,19 puntos a la cuota patronal a la Seguridad Social para la contratación de los trabajadores peor retribuidos.
En cualquier caso, las aportaciones a la cuenta de ahorro individual serían invertidas en uno o varios fondos de previsión públicos creados para tal fin, y el trabajador podría acceder a los recursos acumulados en su cuenta cuando la relación contractual con la empresa se extinguiese.
POR TIPOS
Por tipos de despidos, cuando sea procedente, el coste sería de 0 días de salario por año trabajado si la antigüedad del trabajador en la empresa es de 1 año o menos, de 4 días si es de 2 años, de 8 días si es de 3 años y de 12 días si es de 4 años o más. En consecuencia, si el trabajador recupera el fondo obtendría 8 días de su antigüedad en la empresa es de 1 año, 12 días si es de 2 años, 16 si es de 3 años y 20 si es de 4 o más años.
Para que la empresa internalice las externalidades negativas causadas por el despido de un trabajador indefinido, BBVA Research considera que debería pagar una indemnización causal que complementaría el fondo de capitalización y dependería de la procedencia del despido y de la antigüedad del trabajador en la empresa.
En concreto, cuando el despido sea declarado improcedente, el coste sería de 4 días por año trabajado el primer ejercicio, aumentando en 3 con cada año de antigüedad del trabajador en la empresa hasta un máximo de 25 días por año trabajado. Por tanto, la indemnización total alcanzaría al menos los 33 días por año trabajado para los empleados despedidos con una antigüedad de 8 o más años.
En el caso del contrato temporal, junto con la aportación de 8 días de salario por año trabajado en la cuenta individual, se mantendría la indemnización por finalización del contrato de 12 días por año trabajado con independencia de la causa.
Al igual que en el sistema vigente, la indemnización causal pagada por la empresa tendría un máximo de 12 mensualidades si es procedente y 24 si es improcedente, si bien la cuantía percibida por el trabajador “podría ser mayor” ya que las aportaciones a su cuenta de ahorro individual no estarían acotadas.
“NO SUPONE UN ABARATAMIENTO”
Doménech indicó que el ahorro de esa cuenta “forma parte del coste laboral que paga la empresa” puesto que “a la hora de la verdad lo relevante para la empresa son todos los componentes”.
De esta forma, aseveró que “no supone un abaratamiento para la empresa”, ya que el coste para la empresa sería “exactamente el mismo”, si bien se consigue reducir la “incertidumbre” del coste de la indemnización por despido.
Por otra parte, Doménech, quien apuntó que las previsiones de la entidad sobre el empleo en España es que se puedan crear hasta 330.000 puestos de trabajo este mismo año, abogó por simplificar los contratos a tres: indefinido, temporal-causal, y de formación y aprendizaje.
El economista jefe de BBVA Research valoró la reforma laboral de 2012 que ha permitido la recuperación del empleo “antes de lo esperado” aunque “no es suficiente”, y es preciso corregir la “dualidad” del mercado de trabajo.
En este sentido, se refirió a la dificultad de acceso de los sectores más vulnerables –jóvenes y trabajadores con menor cualificación- a un empleo de calidad e indefinido.
España destruye entre 2 y 2,5 veces más empleo que Estados Unidos y otros países de la UE, apuntó Doménech, tras referirse al “efecto nocivo” de la temporalidad en el empleo en la productividad, además de suponer una diferencia salarial respecto al indefinido que “supera el 15%”.

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