Bélgica cierra año y medio de crisis política con pacto para formar Gobierno

  • Bélgica ha dado el paso definitivo para salir de la crisis política que arrastraba desde hace un año y medio, con el acuerdo para formar un Ejecutivo logrado entre los seis partidos que participan en las negociaciones.

Bruselas, 1 dic.- Bélgica ha dado el paso definitivo para salir de la crisis política que arrastraba desde hace un año y medio, con el acuerdo para formar un Ejecutivo logrado entre los seis partidos que participan en las negociaciones.

El pacto, cerrado en la pasada noche, se hará oficial hoy con la lectura y visto bueno de las formaciones (socialistas, liberales y democristianos de las dos grandes comunidades del país, flamencos y francófonos) a las más de 180 páginas del texto.

Ni el partido separatista flamenco N-VA, el más votado en las últimas elecciones, ni los Verdes formarán parte de la coalición gubernamental, que contará como máximo con 14 ministros más el primer ministro.

El líder socialista francófono, Elio Di Rupo, se convertirá en el primer jefe de Gobierno francófono en Bélgica desde 1974, una tarea desempeñada en general por los flamencos, mayoritarios en el país.

Di Rupo será además el primer socialista que desempeñe la función de primer ministro en su país desde ese mismo año, y asumirá su cargo en pleno retroceso de la izquierda en la Unión Europea.

Los trámites pendientes antes de la formación del nuevo Gobierno incluyen reuniones de las ejecutivas de los partidos durante el fin de semana y la jura de los cargos, que tendrá lugar probablemente el lunes próximo.

A continuación, Di Rupo debería presentar el Gobierno y su programa al Parlamento, un trámite que requiere dos días, por lo que el nuevo Ejecutivo podría estar en marcha a partir del miércoles,lo que le permitiría asistir a la cumbre europea del 8 y 9 de diciembre en Bruselas.

Con el acuerdo sobre el Gobierno, el país, que comenzó a sufrir un intenso ataque de los mercados en agosto y volvió a ser objeto de presiones en las últimas semanas, puede empezar a respirar tranquilo después de haber sentado las bases de una estabilidad política.

Sin embargo, el contexto actual de crisis y las constantes críticas del líder del N-VA, Bart de Weber, permiten prever que a Di Rupo no le espera un camino de rosas.

En todo caso, el pacto logrado resuelve el interminable folletín político que comenzó en abril de 2010 con la dimisión del primer ministro, el democristiano Yves Leterme y se agravó tras las elecciones de junio de ese año.

Han sido 535 días plagados de desencuentros entre francófonos y flamencos y de desesperados intentos por parte del rey Alberto II de acercar posiciones, con la designación de sucesivos mediadores, algunos de los cuales terminaron tirando la toalla.

Bélgica espera que el acuerdo permita, además de recuperar la normalidad política interna, calmar a los mercados, después de que la agencia de calificación S&P rebajara la deuda belga la semana pasada.

"Estaba realmente desesperada", reconoció a la cadena de televisión RTL una ciudadana al conocer el final de la crisis.

Di Rupo, de 60 años, hijo de inmigrantes italianos, demostró durante las negociaciones la mayor capacidad de conciliar puntos de vista divergentes y de proponer soluciones para superar los obstáculos en el camino.

El mayor impulso hacia la salida de la crisis tuvo lugar con el acuerdo "histórico" logrado el pasado septiembre sobre la división del distrito electoral y judicial de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), que agrupa a los 19 municipios de la capital con 35 de la provincia del Bravante Flamenco en los que vive una importante población francófona.

El pacto sobre BHV, origen de todas las crisis y bloqueos que ha sufrido Bélgica en los últimos años, insufló un alto grado de optimismo en los partidos, que comenzaron a ver la luz al final del túnel.

Una vez superado ese escollo, se fueron desbloqueando las demás cuestiones pendientes, empezando por la transferencia de más competencias a las regiones y su financiación, y terminando por el presupuesto plurianual (2012-2014), otro tema espinoso que se resolvió con un acuerdo el pasado 26 de noviembre.

En las negociaciones sobre el presupuesto la tensión se mantuvo hasta el último momento e hizo temer un nuevo fracaso de última hora, debido al rechazo de los liberales flamencos y francófonos a las propuestas en un primer momento.

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