Bergdahl regresa a EE.UU. para recuperarse y empezar a despejar interrogantes

  • El sargento Bowe Bergdahl, prisionero de guerra de los talibanes durante casi cinco años, llegó hoy, protegido por la privacidad de la noche, a un hospital militar en Texas donde iniciará una nueva fase de su recuperación y responderá a más preguntas sobre su cautiverio.

Washington, 13 jun.- El sargento Bowe Bergdahl, prisionero de guerra de los talibanes durante casi cinco años, llegó hoy, protegido por la privacidad de la noche, a un hospital militar en Texas donde iniciará una nueva fase de su recuperación y responderá a más preguntas sobre su cautiverio.

Bergdahl ha pasado dos semanas en un hospital militar estadounidense en Alemania tras ser liberado el 31 de mayo en una operación de intercambio que incluía la transferencia de la base naval de Guantánamo a Catar de cinco cabecillas talibanes.

La llegada al centro hospitalario del Ejército de la base de Fort Sam Houston, en San Antonio (Texas), marca el inicio de una nueva fase en el proceso de "reintegración" de Bergdahl, que incluirá el reencuentro con los padres del sargento.

En la primera rueda de prensa en San Antonio desde el regreso del militar al país, el equipo médico que le trata calificó de "estable" la condición del sargento.

El coronel Bradley Poppen, psicólogo del Ejército de Tierra, afirmó que será el propio Bergdahl quien determine cuando se reunirá con su familia, y eludió ofrecer unos plazos concretos sobre su proceso de reintegración.

"Cada proceso es único", dijo Poppen.

De manera progresiva Bergdahl se verá expuesto a los medios de comunicación, donde el soldado ha generado un gran número de comentarios y especulaciones relacionadas con el modo en que desapareció una noche de junio de 2009 en Afganistán.

El portavoz de la familia de Bergdahl, el coronel Tim Marsano, dijo hoy en un comunicado que los padres del militar están "extremadamente contentos con el regreso de su hijo a Estados Unidos".

No obstante, Bob y Jani Bergdahl, pidieron privacidad y aseguraron que mantendrán sus planes de viaje en secreto, por lo que no está claro si la pareja se desplazará inmediatamente desde la casa familiar en Haley (Idaho) a San Antonio.

Los padres del militar han recibido amenazas de muerte, tras la polémica generada por las acusaciones de que Bergdahl cayó el manos de los talibanes tras desertar de su posición militar.

Así mismo, medios conservadores han achacado al sargento simpatías con los talibanes que mantenía preso a su hijo.

Lo que parecía que se iba a convertir en una historia de éxito y heroísmo de que la administración de Barack Obama podría hacer gala se ha tornado en un ejemplo de la complejidad de la guerra de Afganistán y el impacto psicológico en los jóvenes desplegados allí.

Según indicó el portavoz del Pentágono, el contraalmirante John Kirby, por el momento el personal del Pentágono se va a enfocar "en que su salud y su bienestar mejoren", ya que el soldado "necesita cuidados, tiempo y espacio para completar su recuperación y reintegración".

El Ejército dijo que una vez finalizado el proceso de "reintegración", que puede durar varios meses, profundizarán en la revisión de las circunstancias que llevaron a la desaparición y captura de Bergdahl por los talibanes.

Compañeros de pelotón de Bergdahl han acusado al militar, quien fue elevado al rango de sargento durante su cautiverio, de haber abandonado su puesto en el este de Afganistán voluntariamente, y han pedido que sea sometido a un juicio castrense por haber desertado.

Detalles revelados por la prensa estadounidense sugieren que Bergdahl sufría problemas de conducta antes de alistarse en el Ejército y que por ellos fue rechazado cuando intentó unirse a la Guardia Costera.

El Ejército, que poco después de que Bergdahl comenzara su instrucción incrementó al máximo de 100.000 soldados las operaciones en Afganistán, no tuvo tantos reparos en enviar al soldado de 23 años a una de la zonas más calientes de esa guerra.

En cartas supuestamente escritas por Bergdahl durante su cautiverio reveladas este jueves por el Daily Beast, Bergdahl pide a su familia que digan "a los que son parte de la investigación (de su deserción, se supone) que hay muchos más lados de esta situación".

"Por favor, decid a DC (el distrito capitalino de Columbia) que esperen a que todas las pruebas salgan a la luz", pide el militar, quien critica el "inexistente" liderazgo en su posición militar avanzada, donde la moral era extremadamente baja.

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