Berlusconi cree que Italia será más moderna y cívica con la "ley mordaza"

Roma.- El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, cree que Italia será "más europea, más cívica y más moderna" una vez que se apruebe la llamada "ley mordaza", que limita el uso y difusión de las escuchas telefónicas en las investigaciones oficiales.

En una entrevista que publicará mañana en Italia la revista "Oggi" y de la que hoy se adelantan algunos extractos, Berlusconi aborda algunos asuntos de interés político, entre ellos la relación son su segundo de abordo en el partido Pueblo de la Libertad (PDL), Gianfranco Fini.

"Sé con certeza que la mayor parte de los italianos está de acuerdo conmigo sobre la absoluta necesidad de la ley sobre las escuchas. Tan es así que cuando hablo de ello en público recibo sólo aplausos de aprobación y apoyo para seguir adelante hasta la aprobación definitiva, que está a punto de llegar", comenta el mandatario.

"Una vez que la ley se haya aprobado, nuestro país será de verdad más europeo, más cívico, más moderno. Mi objetivo es el de poner fin a un sistema de abusos que durante muchos años ha suprimido nuestro derecho a la privacidad", añade.

Berlusconi asegura que esa situación por la que, según él, todos los italianos son "espiados" se produce por una "cultura justicialista que une a un pequeño 'lobby' de fiscales politizados y al 'lobby' de los periodistas, que en lugar de hacer investigaciones de campo, prefieren hacer un 'copia y pega' sobre fascículos de las fiscalías".

Según el mandatario, el proyecto de ley sobre las escuchas, que se tramita actualmente en la Cámara de los Diputados tras su aprobación en el Senado, contiene "un justo equilibrio" entre las exigencias del derecho a la privacidad y la lucha contra el crimen organizado.

El líder del PDL habla además de Fini, presidente de la Cámara de los Diputados, junto al cual escenificó sus diferencias en un enfrentamiento público durante un congreso del partido el pasado abril y con quien, según él, no tiene por qué hacer las paces porque para ello, "debe haber una guerra antes".

"En un gran partido puede también suceder que haya opiniones distintas. Después, sin embargo, se vota y al final la decisión que recibe el mayor número de votos debe valer para todos", apunta Berlusconi, quien asegura que pelearse es algo que no está en su ADN.

"Digo siempre que me hago cóncavo o convexo según el interlocutor, con tal de hacer prevalecer siempre el diálogo, el enfrentamiento amistoso. Esto vale también para la relación con el presidente de la Cámara", añade.