Bildu. Rubalcaba minimiza la discrepancia con urkullu y no duda de su apoyo contra eta


El vicepresidente primero y portavoz del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, minimizó hoy la discrepancia con el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, sobre Bildu, hasta el punto de no creer que pueda resquebrajar la unidad esencial contra el terrorismo.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Pérez Rubalcaba respondió a la advertencia de Urkullu de que el PNV condiciona el respaldo al Gobierno a la presencia de Bildu en las elecciones del próximo 22 de mayo.
Pese a la contundencia de Urkullu, Pérez Rubalcaba no quiso dar a esa advertencia más trascendencia que la de una “discrepancia” más de las que están surgiendo ante “el principio del fin” del terrorismo.
Hay aspectos que ahora entran en discusión y que antes no formaban parte del debate, como los “ritmos de aplicación” de determinadas medidas, ya que “unos quieren ir más deprisa y otros queremos ir más despacio”.
La discusión, aseguró, afecta a lo político, pero también a lo jurídico, como se vio en el Tribunal Supremo, y a lo sociológico, ya que si se pregunta a los ciudadanos qué hacer con Bildu, la opinión de los vascos es “diferente” a la del resto de los españoles.
El Gobierno, aseguró, da “ese valor” a las declaraciones de Urkullu, un dirigente a cuya opinión el ministro otorga “un aprecio alto”, “le escucho, pienso lo que dice, a veces discuto con él” pero entiende que la diferencia forma parte de ese contexto, “del escenario del final que se acerca”.
Aseguró además que habla con Urkullu “con frecuencia” y cree “perfectamente legítimo” que haya quien pida “un esfuerzo” en un sentido o que algo se valore “más” de lo que se hace.
Pérez Rubalcaba defendió como correcta la línea del Gobierno y aseguró que la prioridad es que esas diferencias de criterio que están surgiendo no resquebrajen la unidad contra el terrorismo, porque “aún puede haber sustos, incidentes de recorrido”.
En el caso de Urkullu, aseguró, son “muchas horas echadas con él” analizando y conversando, “nunca me ha faltado su apoyo” y siempre ha colaborado en la lucha contra el terrorismo.
Además de esas diferencias, el ministro cree que ha habido también “presiones” al Tribunal Supremo, ya que al ser preguntado sobre ellas dijo que son “como las meigas, haberlas, haylas”, lo cual no significa que sea el Gobierno el que “haya entrado en ese juego”.
De hecho, subrayó, el Gobierno lleva semanas explicando a los ciudadanos y “a algún partido” cómo funcionan las cosas en un Estado de Derecho, precisamente porque “enfrente” hay quienes acusan a los políticos de controlar a los jueces.
“Por eso es muy malo hacer según qué cosas”, advirtió, pese a estar convencido de que esas presiones son estériles porque los jueces han demostrado sobradamente su independencia.
Los demócratas, dijo, están juntos en una “batalla” en la que se enfrentan a enemigos “que hacen su propaganda”, y por eso es “muy malo entrar en esos debates”.

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