Birmania crea comité de emergencia para hacer frente a la violencia sectaria

  • El Gobierno de Birmania (Myanmar) anunció la creación de un comité de emergencia para hacer frente a la ola de violencia sectaria que se ha cobrado al menos la vida de 43 personas, informaron hoy los medios estatales.

Bangkok, 31 mar.- El Gobierno de Birmania (Myanmar) anunció la creación de un comité de emergencia para hacer frente a la ola de violencia sectaria que se ha cobrado al menos la vida de 43 personas, informaron hoy los medios estatales.

El presidente, Thein Sein, ordenó establecer una delegación para que se encargara de "prevenir la instigación (a la violencia) en todo el país, identificar a los principales instigadores en los disturbios y tomar medidas contra ellos", indica el diario "New Light of Myanmar"

El ministro de Interior, Ko Ko, encabezará el comité que estará formado por nueve personas entre ellas el asesor presidencial, Min Aung, como vicepresidente de la mesa.

El jefe de Ejecutivo birmano declaró el pasado jueves en un mensaje por televisión que no dudará en "utilizar la fuerza" si fuera necesaria para frenar los enfrentamientos entre las comunidades budistas y musulmanas que estallaron el pasado 20 de marzo en Meiktila, en la provincia central de Mandalay.

Desde esa fecha, los disturbios se propagaron por otras 15 ciudades, en las provincias centrales de Mandalay y Pegu, acercándose a unos cien kilómetros de Rangún, antigua capital del país y ciudad con mayor número de población.

A pesar de las medidas de excepción y toques de queda impuestos por las fuerzas de seguridad birmana en estas poblaciones al menos 43 personas han muerto, 86 han resultado heridas y 12.000 han tenido que abandonar sus hogares, mientras 68 personas fueron detenidas por su implicación en los incidentes.

Además, el Ministerio del Interior calculó que más de 1.300 edificios, gran parte ubicados en los barrios de mayoría musulmana, han sido completamente destruidos.

La ONU, Estados Unidos, la Unión Europea y gobiernos de otros países han expresado su preocupación por la inestabilidad que causan los disturbios en un país con cerca de 60 millones de habitantes de los que el 89 por ciento son budistas, un 4 por ciento musulmanes y el resto de otras religiones.

El año pasado, la violación y asesinato de una chica budista a manos de varios musulmanes en el estado de Rakhine (oeste) desató otra ola de violencia sectaria que costó la vida a 163 personas y dejó más de 100.000 desplazados, de los que gran parte aún continúan en campamentos de refugiados.

Rakhine, donde las autoridades restringen la presencia de extranjeros, aún no ha recobrado la normalidad.

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