Bolivia y EE.UU. trabajan en un nuevo acuerdo marco para encauzar sus relaciones

  • La Paz, 19 mar (EFE).- Los Gobiernos de Bolivia y Estados Unidos trabajan en un nuevo acuerdo marco para encauzar las deterioradas relaciones bilaterales entre ambos países, anunció hoy el canciller boliviano, David Choquehuanca.

La Paz, 19 mar (EFE).- Los Gobiernos de Bolivia y Estados Unidos trabajan en un nuevo acuerdo marco para encauzar las deterioradas relaciones bilaterales entre ambos países, anunció hoy el canciller boliviano, David Choquehuanca.

"Estamos trabajando un nuevo acuerdo marco con EE.UU. donde se tiene que reconocer la soberanía y dignidad de los bolivianos" dijo Choquehuanca a los periodistas tras firmar en La Paz convenios de colaboración con su homólogo paraguayo, Alejandro Hamed.

El ministro de Relaciones Exteriores aseguró que hay "una permanente comunicación" entre las misiones diplomáticas boliviana y estadounidense para mejorar las relaciones entre ambos Gobiernos, con "nuevas reglas de juego" basadas en el respeto.

Apuntó que ya se han celebrado algunos encuentros, si bien la intención es formar comisiones de trabajo específicas y organizar reuniones tanto en Bolivia como en Washington para avanzar en estos objetivos.

El Ejecutivo de Evo Morales quiere "relaciones positivas y constructivas" y no de "intromisión" con Estados Unidos, que, según Choquehuanca, entendió que Bolivia es "un país digno" por muy "pequeño" que sea su Gobierno o independientemente del grado de desarrollo.

En EE.UU. "están conscientes de que tienen que respetar a las autoridades bolivianas", dijo el jefe de la diplomacia, quien puso como ejemplo la lucha contra el narcotráfico, en la que antes los militares o policías de Bolivia "tenían que pedir autorización" a la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA).

"Ahora la autoridad en este tema va a ser Bolivia", subrayó el ministro, quien no cerró la puerta a la cooperación de Estados Unidos. "Si Estados Unidos quiere cooperar, lo agradeceremos", dijo.

Las relaciones entre La Paz y Washington se encuentran en uno de los momentos más fríos de su historia después de que Morales expulsara al embajador Philip Goldberg, al secretario segundo de la legación estadounidense y a los miembros de la DEA.

El mandatario boliviano declaró a Goldberg persona "non grata" el pasado septiembre bajo la acusación de conspirar contra su Gobierno y ayudar a sus opositores, y poco después prohibió las actividades de la DEA en Bolivia.

EN respuesta, el Gobierno de Estados Unidos expulsó al embajador de Morales en Washington, Gustavo Guzmán, y suprimió a Bolivia los beneficios arancelarios que concede a los países andinos por sus esfuerzos contra el narcotráfico.

Seis meses después, Morales, que se proclama anti-imperialista, empleó el mismo argumento de la conspiración para expulsar de Bolivia a Francisco Martínez, secretario segundo de la embajada estadounidense en La Paz.

Además, Morales vinculó a Martínez con supuestas infiltraciones de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA) en la petrolera estatal Yacimientos Petroleros Fiscales Bolivianos (YPFB), afectada por un grave caso de corrupción.

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