Bonig amagó con dimitir pero el PP frenó otra crisis interna en Valencia

La dirección nacional del PP y los tres presidentes provinciales del PP de la Comunidad Valenciana (PPCV) convencieron la semana pasada a la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, para que no tirara la toalla y continuara al frente del partido regional en plenas revelaciones de la ‘Operación Taula’.

Así lo confirmaron fuentes populares a Servimedia que explican que Bonig se planteó renunciar coincidiendo con la imputación de concejales, exconcejales y cargos y excargos del PP de Valencia que han sido llamados a declarar ante la Guardia Civil en relación con los hechos investigados en el conocido como caso Imelsa.

Boing pensó dejar la política pero, finalmente, rechazó esa idea tras el apoyo expreso de miembros de la dirección nacional del PP y de los tres presidentes del PP de Valencia, Vicente Betoret, de Castellón, Javier Moliner, y de Alicante, Pepe Ciscar.

Convencida de dar la batalla, Bonig se desplazó este miércoles a Madrid, acompañada del resto de miembros de la dirección del PPCV, para acordar con la dirección nacional la celebración de un Congreso Extraordinario con el que “marcar un punto de inflexión” en el partido regional.

Fue en una reunión en la sede nacional del PP en la que participaron la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y el vicesecretario general de Organización y Electoral del PP, Fernando Martínez-Maíllo.Reforma de los estatutos

Fuentes del PPCV reconocen que la decisión de arrancar un “nuevo ciclo” y de dar paso a “una nueva generación” en el partido regional fue “una decisión unánime” entre las direcciones nacional y regional. Admiten que en algunos casos “van a pagar justos por pecadores”, pero defienden que es necesario ser “contundentes”.

Génova y el PPCV acordaron la celebración de un Congreso extraordinario previo al Congreso Nacional, aunque sin fecha y condicionado, en todo momento, por la situación política nacional.

Sin embargo, fuentes populares aseguran que, de cara a ese Congreso, ya hay algunas decisiones tomadas como que se celebrarán primarias, a las que Bonig ya ha avanzado que se presentará. Se planteará, además, una reforma de los Estatutos que contemple la limitación de mandatos y refuerce los órganos de control interno del partido.

Aseguran que, en esta ocasión, “no valen las operaciones de maquillaje”, sino el cambio real en 2016, que será “el año más duro”, para que la gente vuelva a “ilusionarse” y que esa ilusión pueda “transmitirse” en 2017 y 2018 con la vista puesta en las elecciones autonómicas y municipales de 2019.