Brasil lucha, pero es el tercer país del mundo con más muertes por accidentes viales

  • Dilma Rousseff sabe de qué habla cuando el tema es el peligro del tránsito en Brasil. La mandataria es una asidua ciclista que apenas dos meses atrás asistió a un hombre accidentado cerca de la residencia oficial.

Este miércoles, la mandataria abrió la Segunda Conferencia Global de Alto Nivel sobre Seguridad Vial, donde se discute un problema que a nivel mundial se lleva 1,25 millones de vidas cada año, lesiona hasta 50 millones de personas y es la primera causa de muerte en jóvenes de 15 a 29 años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Brasil, como la mayoría de los emergentes, se lleva la peor parte: la OMS señala que en 2013 -última medición disponible- ocupó un escalofriante tercer lugar en el ranking mundial con 46.935 víctimas fatales, equivalente a un promedio de 129 vidas que se apagaron cada día en las calles y autopistas brasileñas.

En 2004, primer año de la década evaluada por el Ministerio de Salud en un trabajo que divulgó durante la conferencia, 37.971 personas murieron en Brasil por causa del tránsito terrestre.

"Los países en desarrollo responden por más del 90% de las muertes a pesar de que en ellos circule apenas el 54% de la flota (de vehículos)", graficó Rousseff.

De acuerdo con la mandataria, Brasil redujo en 6% las víctimas fatales entre 2012 y 2013 gracias a leyes que penalizan la conducción bajo los efectos del alcohol y obligan a fabricar autos con frenos estabilizadores y airbags.

Pero el país solo es superado por China e India en cantidad de muertes totales y es considerada la nación en desarrollo de gran escala con mayor riesgo vial, con 22,8 muertes cada 100.000 habitantes.

El flagelo atañe a la salud pública, la economía, la infraestructura, la seguridad y la industria automotriz. Sus consecuencias consumen cerca del 3% del PIB mundial en atención sanitaria, previsional, laboral y pérdida de bienes.

"El precio a pagar por la inseguridad vial es demasiado alto", resumió la directora de la OMS, Margaret Chan, para quien ese costo puede hasta neutralizar buena parte de los beneficios obtenidos con el desarrollo.

Y la OMS proyecta un crecimiento del 30% en los accidentes fatales para el 2030.

A poco del inicio de la conferencia mundial sobre cambio climático en París, Rousseff, quien frecuentemente comienza su día pedaleando ataviada con un casco, guantes y ropa deportiva, pasó una sugerencia de doble objetivo: "El uso de la bicicleta reduce las emisiones de carbono".

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