Cadáver descuartizado desvela dos violentos crímenes en zona rural zaragozana

  • El hallazgo casual, el pasado mes de octubre, de un cuerpo descuartizado en una chopera próxima a la localidad de Cadrete (Zaragoza) ha sacado a la luz de forma sorpresiva para los investigadores dos violentos crímenes que tuvieron como víctimas a mujeres.

Zaragoza, 30 ene.- El hallazgo casual, el pasado mes de octubre, de un cuerpo descuartizado en una chopera próxima a la localidad de Cadrete (Zaragoza) ha sacado a la luz de forma sorpresiva para los investigadores dos violentos crímenes que tuvieron como víctimas a mujeres.

El cuerpo, localizado por dos agricultores que paseaban por la zona, fue atribuido inicialmente a una mujer de una población alejada de Cadrete, Ricla, cuya desaparición fue denunciada a finales de abril por su marido, Antonio Losilla.

Desde el inicio de las investigaciones en torno a la desaparición de la mujer de Ricla, Pilar Cebrián Embid, la Policía sospechó de la implicación del esposo en los hechos, por lo que el hallazgo de los huesos fue el detonante de su detención por asesinato, violencia de género, denuncia falsa y otros presuntos delitos.

Una manifestación espontánea que hizo el detenido durante el registro de la vivienda ante el secretario judicial, pero sin asistencia letrada, fue uno de los argumentos utilizados por el instructor para decretar el ingreso en prisión del sospechoso a la espera del resultado de las pruebas de ADN.

Sin embargo, las pruebas de identificación no dieron luz al caso sino que lo llenaron de sombras al no corresponder los restos hallados con los indicadores genéticos de la mujer, hecho que ha llevado hoy al letrado del detenido a solicitar la puesta en libertad de su cliente, en prisión en la cárcel de Zuera (Zaragoza) desde que fue detenido.

Los investigadores, tras cotejar el ADN con muestras de personas desaparecidas que guardaban en sus archivos, determinaron que los restos óseos correspondían a una mujer de 27 años domiciliada en Cadrete llamada Vanessa Barrado Hernández.

Vanessa vivía junto a su compañero sentimental, Cristóbal M.M., y una hija de ambos de 2 años de edad, en una vivienda situada a unos pocos cientos de metros de la chopera donde fue localizado el cadáver.

Cristóbal M.M. relató a los agentes desplazados a su vivienda para investigar el caso que su mujer había abandonado el domicilio familiar para ir a trabajar fuera, posiblemente a Valencia, y que no quería regresar.

Sin embargo, el resultado positivo de la prueba comparativa del ADN con el de la niña de 2 años motivó el pasado domingo la detención de su compañero, así como de tres hermanos de éste que la Policía considera implicados en el caso.

Los cuatro hermanos, Cristóbal, Miguel Ángel, Julián y Jessica M.M., han pasado hoy a disposición judicial y se encuentran a la espera de la decisión a adoptar por la titular del juzgado de guardia de la capital aragonesa sobre su posible ingreso en prisión, que el representante fiscal ha solicitado para todos ellos.

Según han informado a Efe fuentes judiciales, al parecer ni Cristóbal ni Miguel Ángel, a los que los investigadores atribuyen la presunta autoría material del crimen, han querido responder a las preguntas de las partes, mientras que sí lo han hecho Juan Manuel y Jessica para negar todas las imputaciones realizadas.

Estas fuentes han añadido que Juan Manuel M.M., que convivía con la pareja, habría reconocido la existencia de discusiones entre su hermano y la víctima que, sin embargo, en ninguna ocasión desembocaron en agresiones.

A la espera de que la instructora decida sobre la situación procesal de los detenidos, sobre cuya causa pesa secreto de sumario, el letrado del marido de la mujer de Ricla confía en la inmediata puesta en libertad de su cliente, ya que la identificación del cadáver pone de manifiesto la inexistencia de pruebas que lo vinculen a la desaparición de su esposa.

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