Madrid.- La Guardia Civil ha desmantelado una banda de veteranos atracadores de "gran profesionalidad" que comenzó a actuar hace unos 30 años y que se había especializado en el robo de entidades bancarias por el procedimiento del butrón, aunque después no dudaban en amordazar con violencia a los empleados del banco.
Cuatro de los miembros del grupo, españoles con edades comprendidas entre los 48 y 59 años y un colombiano de 29, fueron detenidos en Bilbao justo en el momento en que pretendían dar uno de sus "golpes".
El quinto integrante de la banda fue arrestado en San Miguel de Meruelo (Cantabria) mientras realizaba un estudio previo sobre las medidas de seguridad de una entidad bancaria.
Las investigaciones comenzaron el pasado mes de febrero, cuando se produjo un violento atraco en la localidad cántabra de Astillero, con un botín de 173.000 euros.
Hasta el momento se ha podido comprobar la participación de la banda en cuatro atracos en el último año, con un botín superior a los 300.000 euros, así como otros seis asaltos en grado de tentativa por lo que les imputan los delitos de tenencia ilícita de armas, asociación ilícita y detención ilegal.
En el momento de la detención, los arrestados, que tenían un amplio historial delictivo y que habían pasado largas temporadas en la cárcel, estaban esperando la llegada del primer empleado de la sucursal para que desconectara los sistemas de alarma y poder entrar a la entidad a través de un butrón practicado en un local contiguo.
En el exterior del banco realizaba labores de contravigilancia y dirigía la operación el líder de la banda, que acompañado por su perro y con bastón para no levantar sospechas, se encargaba de avisar de la presencia policial.
Ante la peligrosidad del grupo, que iba fuertemente armado con cuatro pistolas cargadas, las detenciones fueron practicadas por un equipo de asalto del Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil (GAR), especializado en detenciones de terroristas y de delincuentes muy violentos.
Los preparativos para el atraco comenzaban semanas antes del "golpe", cuando estudiaban los horarios de entrada y salida de los empleados, así como las posibles escapatorias o la presencia policial.
Durante las horas que ésta permanecía cerrada, varios miembros del grupo se introducían en algún local contiguo a la entidad donde practicaban un butrón en la pared divisoria, utilizando gatos y taladros percutores de gran potencia.
Después, la banda esperaba a que llegara algún empleado del banco a primera hora de la mañana y antes de que la sucursal abriera al público, le amordazaba y le obligaba a abrir la caja de seguridad para hacerse con el dinero.
"Tenían un depurado modus operandi", ha reconocido en rueda de prensa el comandante Castillo de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), que ha asegurado que la banda "no asumía riesgos" y que en eso se ha basado el "secreto de su éxito" durante tan dilatada carrera delictiva.
De hecho, durante los últimos cuatro meses en los que la Guardia Civil les seguía la pista, la banda había desechado seis posibles objetivos al encontrar la más mínima dificultad.
"Nos han tenido varias meses siguiéndoles por toda la cornisa cantábrica porque no nos podíamos arriesgar a que ese día cometieran el robo", ha afirmado el responsable policial, que ha explicado que los agentes no se decidieron a actuar hasta que no estuvieron seguros de que el atraco era inminente.
Durante la operación, la Guardia Civil les intervino ocho pistolas, un revólver, cinco vehículos de alta gama y varios elementos para maniatar a las víctimas.
Además, los agentes se incautaron de herramientas para la comisión de butrones -una bomba hidráulica para reventar las paredes y numerosas mazas- transmisores, placas de matrículas robadas, cámaras de vídeo, pasamontañas y guantes.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios