Sin presupuestos, sin reformas...

La enésima ruptura entre los 'indepes' asesta otro golpe a la economía catalana

Cataluña sigue sin reactivarse a solo dos semanas de que se tengan que volver a convocar elecciones por la falta de acuerdo entre ERC y Junts. En 2020, su PIB cayó más del 11,4%, por encima de la media del país.

El vicepresidente del Govern en funciones, Pere Aragonès, clausura este domingo el acto institucional "Diálogo sobre el futuro de Europa: el papel de la cultura", organizado por las representaciones de las instituciones europeas en Barcelona, el Consulado General de Portugal y el Instituto Camões en el marco del Día de Europa, que se ha celebrado en el auditorio de La Pedrera en Barcelona. Aragonès ha reclamado durante este acto que Cataluña pueda participar en la Conferencia sobre el Futuro de Europa (CoFE) junto a otras quince regiones europeas.
La enésima ruptura entre los 'indepes' asesta otro golpe a la economía catalana
Agencia EFE | Enric Fontcuberta

Del "no hay alternativa" al "nos sentimos estafados". Ese es el camino que ha recorrido ERC para asumir que tiene muy difícil liderar un nuevo Govern de coalición en Cataluña con la aquiescencia de Junts per Catalunya. La ruptura entre las formaciones independentistas es tal que empiezan a sonar los tambores de repetición electoral. El margen para evitarlo es escaso. La ley electoral les da hasta el 26 de mayo para llegar a un acuerdo. Una situación que volvería a sumir a la región en una crisis política e institucional que ya dura casi un lustro. Y cuyas consecuencias también vuelven a golpear a la economía de la CCAA, que fue una de las más golpeadas por el coronavirus. A lo que hay que sumar unos presupuestos desfasados que no tuvieron en cuenta el golpe de la pandemia.

Pocos días antes de los comicios del 14 de febrero, que dieron la victoria al candidato del PSC, Salvador Illa, pero una suma suficiente de escaños a ERC y Junts para contrarrestar al exministro, los avisos sobre la economía catalana ya estaban sobre la mesa. La caída del PIB del 2020 de la crisis sanitaria llegó al 11,4%. Por lo que el golpe que sufrió estaba por encima del infligido a la media española, que ascendió a un preocupante 11%. A esta circunstancia hay que sumar un crecimiento medio del 1,1% en la pasada década, quedándose muy por detrás del 1,8% de la Comunidad de Madrid, según datos del INE. Ingredientes suficientes para explicar que desde hace dos ejercicios dejara de ser el 'motor' español, cediendo ese lugar precisamente a Madrid.

Arreglar el desaguisado económico no parece estar entre las prioridades de los gobernantes catalanes. Sus discrepancias por la fórmula de la coalición o por atesorar más o menos poder están provocando que el reloj electoral esté a punto de llegar al límite que marca la ley. Las conversaciones que partieron del rechazo a Illa y de evitar su llegada al poder ya han entrado en una deriva que recuerda a la que motivó el adelanto electoral. Entonces, Junts y ERC llevaban meses enfrentados por las diferencias a la hora de sus planes para la independencia. También por sus diferencias ideológicas, que fueron enterrados por una aspiración mayor para ambos, como era la secesión. Con ejemplos como el de ERC acordando cuestiones con el Gobierno central mientras Junts rechazaba todo pacto con Moncloa.

El panorama actual aboca a una nueva convocatoria a las urnas. Las fuentes consultadas por esta redacción destacan que todo está paralizado. Pero esta vez, el golpe sobre la mesa lo han dado los republicanos que lidera Pere Aragonès. La vehemencia de la dirección que tiene como referente a Oriol Junqueras no tiene nada que ver con las llamadas al diálogo o a los gestos conciliadores del pasado. Ahora, ERC apuesta por un gobierno en solitario que Junts debería avalar con un voto favorable de varios de sus diputados. Un órdago que ha confirmado la secretaria general, Marta Vilalta, que ha insistido en que es "un paso firme, no es ninguna jugada táctica". Y con el que aspiran a desbloquear la investidura de Aragonès, que aún continúa como president en funciones tras la inhabilitación de Quim Torra.

El golpe económico de la pandemia no es el único problema que tendrán que solucionar los nuevos gobernantes de Cataluña. La cuestión presupuestaria es otra de las más urgentes en la región. El Govern de JxCat y ERC sacó adelante sus primeras cuentas tras tres años sin renovarlas en abril de 2020. Por lo que el diseño de las mismas era previo al coronavirus. Es decir, se obvió el impacto de la crisis económica incipiente, al estar basados en  aspectos como el crecimiento económico previsto para el pasado ejercicio antes de que China advirtiera de la que se avecinaba a nivel sanitario. Por lo que quedaron "desfasados" en el mismo momento de ser aprobados, tal y como denunció la oposición del PSC, PP, Ciutadans o En Comú Podem. 

La realidad es que la Covid-19 dejó en Cataluña un desplome que no se veía en décadas. El mayor varapalo llegó por la caída del sector más estratégico, que es el turismo que llega desde el extranjero. Los números lo muestran de una manera clara: en 2020 visitaron el territorio catalán 3,9 millones de visitantes, cuando en 2019 superaron los 19 millones. Lo que motivó una caída de ingresos de 18.000 millones de un año a otro. Un solo ejemplo que es uno de los que ponen los empresarios y otras organizaciones para advertir de que la economía catalana está en problemas muy serios. Foment y Pimec ya han advertido en varias ocasiones de lo preocupadas que están por el bloqueo político. 

Las alternativas a la repetición electoral son una incógnita. Junts ya ha avisado de que no dará sus votos gratis a Aragonès, asumiendo que habrá que volver a poner urnas si no logran entenderse. La posibilidad de que el PSC sea el que sostenga a Esquerra es otra de las que se plantean. Aunque está tendría que partir más desde Moncloa, dadas las malas relaciones que existen entre los socialistas catalanas y los republicanos, confirmadas por ambos bandos a esta redacción. Los 'comuns' de Jessica Albiach también han movido ficha, y han reclamado entrar en el Govern tras un pacto con ERC y la CUP. Sea de una forma u otra, el tiempo se agota el miércoles 26 de mayo. La economía y las empresas dudan sobre si habrá soluciones antes de esa fecha.

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